Un nuevo atentado ha sacudido el centro de Estambul, avivando la inestabilidad que desde hace meses sufre Turquía. Alrededor de las 8:45 horas de este martes detonaba un coche bomba en el centro de la ciudad, concretamente en la zona universitaria, muy próxima a atracciones turísticas. Vehículos de las autoridades y ambulancias se trasladaban hasta el lugar de los hechos y, apenas unas horas después, el gobernador de la ciudad, Vasih Sahin, confirmaba un total de 11 muertos y 36 heridos.
La explosión se ha realizado con un coche bomba, supuestamente activado mediante control remoto con el objetivo de alcanzar al autobús policial que ha quedado destrozado tras el estallido. Entre los muertos se encuentran al menos 7 policías, por lo que la principal teoría que maneja la investigación es que se trataría de un atentado organizado contra uno de estos autobuses que suelen transportar a agentes de una comisaría de la zona.
Además, según la agencia de noticias turca Anadolu, después de la explosión se habrían escuchado disparos. Por el momento ningún grupo terrorista reconoce la autoría del ataque, aunque las autoridades turcas acusan al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Las autoridades han procedido a evacuar la zona y ordenar el cierre de las tiendas cercanas, muchas de las cuales han sufrido daños derivados de la explosión, al mismo tiempo que se cancelaban los exámenes convocados en las universidades cercanas. El barrio en que ha estallado el coche bomba es Vezneciler, próximo a la Universidad de Estambul y a atracciones turísticas como la mezquita de Kalenderhane o, un poco más retirado, el famoso Gran Bazar, al que acuden miles de visitantes cada día.
En los últimos años Turquía vive una de sus etapas más complicadas. El país ve cómo, por unos motivos u otros, está envuelto en varias crisis y conflictos, y lo cierto es que desde hace meses los atentados en Estambul y Ankara son bastante frecuentes. Por un lado, su postura internacional ha puesto a Turquía en el punto de mira de Daesh, mientras que mantiene un conflicto abierto con los kurdos y, para mayor inestabilidad, debe lidiar con Europa y el resto de países implicados en la gran crisis de los refugiados que huyen de Oriente Medio.
