La muerte de Abdelouahab Taib continúa bajo la investigación de la Audiencia Nacional con el calificativo de "atentado terrorista aislado". El joven de origen argelino fue abatido el pasado 20 de agosto tras acceder a una comisaría y amenazar a una agente de los Mossos con un cuchillo al grito de "Alá es grande".
Sin embargo, llama la atención un atentado de estas características. La metodología del Daesh apuesta por ataques de menor intensidad a los de Al Qaeda, frecuentes, pero con un amplio número de víctimas y relevancia mediática. Es lo que convierte a estos jóvenes en protagonistas de estas 'hazañas' y proporciona publicidad para sus intereses.
Sin embargo, este caso cuenta con ciertas particularidades. Primero, que el terrorista tomase la decisión de acudir a una comisaría vacía de civiles a las 5:50 de la madrugada y atestada de policías completamente armados.
Segundo, que evite hacer el mayor daño posible, una máxima de este tipo de atentados. En vez de acceder por completo a las instalaciones, decidió acercarse directamente a la agente que se encontraba en la puerta y lanzó su cuchillo sabiendo que ella portaba un arma.
Tercero: que su carta de despedida no tuviese ninguna referencia a la Yihad y únicamente incluya una lista de 'súplicas' para recibir una especie de 'perdón'; así como esperar que pueda "alcanzar el cielo". No hay tampoco ningún mensaje dirigido a la comunidad cristiana o a los infieles; ni siquiera decide acusarlos o culparlos bajo algunos de los mantras que sí han utilizado los grupos salafistas.
A todo ello, se suma la confesión de su expareja. Al parecer, ambos habrían contraído matrimonio para que él consiguiese los papeles, pero simultáneamente habría ocultado una homosexualidad bajo el temor de ser discriminado por el resto de la comunidad musulmana.
Suicide by cop
Llegados a este punto y tras exponer todas estas particularidades... ¿Y si Abdelouahab Taib optó por la vía del conocido como 'Suicide by cop'? Podría encajar con otros aspectos declarados por su expareja, como que el autor del ataque padecía una profunda depresión que arrastraba durante meses.
El 'Suicide by cop' significa, básicamente, 'Suicidio a través de la Policía'. Es una práctica que se ha extendido en parte de Estados Unidos (uno de cada tres tiroteos entran dentro de esta categoría). Y, ahora, la investigación de lo acontecido en Cornellà incluye esta opción en sus últimas hipótesis.
Las personas que terminan con sus vidas por ese método se enfrentan a la Policía a la espera de que los agentes aprieten el gatillo. Algunos de estos casos aparecen en redes sociales, como el de un hombre que implora a un agente que termine con su vida. Él hace caso omiso, pero finalmente dispara después de que el hombre saque a relucir un cuchillo de grandes dimensiones.
En algunos casos, los agentes consiguen reducir por la fuerza a los agresores y salvar sus vidas, lo que suele derivar en un ingreso hospitalario forzoso. Sin embargo, este tipo de situaciones no suelen ser habituales: un 97% de estos casos terminan con un desenlace fatal.
El último rasgo de esta particularidad que encaja en el ataque de Cornellà se centra en la carta de despedida. Como hemos comentado, no hay ninguna mención a la Yihad y se deja entrever una especie de deseo de 'redención'. Las personas que entran en este perfil suelen despedirse con misivas en las que exponen los motivos de su acción.
¿Hubo proporcionalidad?
Es la incógnita que surge actualmente. La familia de Abdelouahab ya ha anunciado que se querellará contra la agente que terminó con su vida. Las dudas sobre la proporcionalidad de la agente han sido constantes y han terminado en una comparecencia en la que el Cuerpo justifica su actuación.
Con un país en nivel de alerta terrorista 4 reforzada, es evidente que el ataque encaja, a priori, con un atentado. Pero, además, la actuación de la agente entra en de lleno en el principio jurídico de la legítima defensa, popularmente conocido como 'defensa propia'. Según recuerdan desde DR abogados, debe existir "una agresión ilegítima, es decir, la situación en la que alguien se defiende porque bien se está cometiendo un delito contra tal persona o bien porque se va a cometer inmediatamente".
La agente se encontraba en una pecera de seguridad, tras unos cristales. Pero esperó a que el atacante se colara por un resquicio y empuñara el cuchillo. Ella, además, alertó en hasta tres ocasiones, siempre según la versión de los Mossos. No es lo mismo disparar a alguien que amenaza con propinar un puñetazo, que a alguien que porta un cuchillo de grandes dimensiones que acerca a tu cuerpo. Si se confirma esta declaración, la demanda que va a presentar su familia tiene pocas posibilidades de prosperar.