Una de las dudas más repetidas en torno a la organización terrorista ETA, es si existe la posibilidad de que vuelvan a atentar. Y al parecer, según los expertos, esto sería inviable casi con total seguridad, a no ser que, como ha ocurrido en Irlanda, surgiera una nueva banda terrorista con disidentes de la primera. En el caso de ETA, si pudieran llegar a volver a atacar, lo harían bajo el nombre de ATA.
ATA ya es una marca registrada. Pero para que esta nueva ETA aparezca haría falta una concatenación de muchas circunstancias, especialmente relacionadas con los presos etarras. A día de hoy, quedan 30 miembros de ETA sin detener y todos ellos tienen reclamos judiciales. La mayoría se encuentran escondidos en países de América del Sur y el Caribe; con alguna excepción en Francia.
Entre los miembros existe una mínima organización y a su cabeza se encontraría el individuo José Luis Eciolaza Galán, tal y como informa La Razón. Conocido como 'Dienteputo', su papel como cabecilla solo se ha especulado por los expertos, pero de momento sigue en América, a dónde huyó después de esconderse en Francia. Eciolaga nació en Vitoria en 1960 y ha sido autor de numerosos atentados que han terminado en asesinato. Formó parte del 'comando Donosti' y con él participó en el asesinato de cuatro guardias civiles en el bar Haizea de Zarauz. Cumplió dos años de condena en Francia por un delito de asociación de malhechores y se le negó su extradición a España.
Otros pistoleros con menos experiencia
Al frente de la banda, para "guardar el sello" y sin más funciones, desde Francia, también estaría David Urdín Pérez. A él se le atribuye el puesto de presunto jefe sin funciones definidas, después de las últimas operaciones de la Guardia Civil contra la cúpula etarra. Además se le imputan actos de terrorismo callejero contra sedes de partidos, en cajeros y vías ferratas.
Oier Eguidazu es otro de los requisitoriados de ETA, a pesar de que tiene orden de detención desde 2002. Eneko Aguirresarobe sigue huido desde 2010 y se le atribuyen atentados de terrorismo callejero y ataques a la Ertzaintza. Anartz Arambarri también huyó en 2010 como colaborador de ETA. Él fue candidato de Herri Batasuna en las elecciones generales de 1993. Todos ellos, a pesar de estar relacionados con la organización, tienen poca experiencia en actos de terrorismo.
A los otros 25 requisitoriados les ocurre lo mismo, a excepción de unos 10 que cuentan con un gran numero de asesinatos a sus espaldas y que, a pesar de vivir en Cuba y Venezuela, serían clave a la hora de volver a retomar la actividad armada. Ahora el poder de la llamada izquierda abertzale corresponde a Sortu y a su principal dirigente Arnaldo Otegui, esta situación resulta impensable.
La disidencia es clave
Por el momento se está siguiendo una investigación sobre ATA (Amnistía Eta Askatasuna) y varios de sus miembros han sido detenidos por diversos actos de kale borroka en Navarra y el País Vasco. Pero esta disidencia, además de movilizaciones públicas y comunicados, tiene "una estructura" y ya cuenta con una docena de etarras con las condenas más duras que todavía se encuentran en prisión.
Según Jon Yurresabo, quien fuera mano derecha y secretario de actas de Josu Ternera, Otegui es "socialdemócrata" y en varios comunicados le ha recordado que "Euskal Herria sigue en guerra", y que "por las buenas no vamos a conseguir nada". Y lo más importante, en la teoría, es su critica a lo que denominaba la "vía Sortu", para que los presos progresen de grado y que no es aceptada por cerca de la mitad de los reculsos. Y cabe destacar que fue el mismo Yurresabo quien anunció la confirmación de un movimiento socialista revolucionario vasco de liberación nacional con clara posición de clase.
