Será el 3 de noviembre cuando se celebren las elecciones presidenciales en Estados Unidos que decidirán si Donald Trump sigue ocupando la Casa Blanca o, por el contrario, tendrá que abandonarla para que entre el demócrata Joe Biden. Sin embargo, de cara a la víspera de los comicios, la NASA ha lanzado una advertencia.
Según ha alertado la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA (por sus siglas en inglés), un asteroide podría impactar contra la atmósfera terrestre el 2 de noviembre. Sin embargo, han llamado a la calma aclarando que, de ocurrir, lo más probable es que se desintegrara sin llegar a causar daños.
La probabilidad de que el asteroide conocido como 2018VP1, de la clase Apolo, impacte contra la Tierra en su aproximación más cercana es del 0,41%, según ha revelado el científico Neil deGrasse Tyson. "El asteroide no es tan grande como para impactar con éxito en la superficie de la Tierra", añade.
"A la velocidad que va, a más de 40.555 kilómetros por hora es como impactar de frente contra un muro", ha explicado el astrofísico. Si el asteroide impactara contra la atmósfera sería visible cerca del punto de entrada, incluso durante el día, pero no "interrumpiría nuestra civilización", asegura deGrasse Tyson. Incluso ha bromeado con la situación: "Si el mundo se acaba en 2020, no podrán culpar al universo".
No es un peligro
Este asteoride fue observado por última vez en noviembre de 2018, por lo que existe una gran incertidumbre sobre su trayectoria, que se calcula que lo más probable es que pase a medio millón de kilómetros de distancia de la Tierra.
Asteroid 2018VP1 is very small, approx. 6.5 feet, and poses no threat to Earth! It currently has a 0.41% chance of entering our planet's atmosphere, but if it did, it would disintegrate due to its extremely small size.
— NASA Asteroid Watch (@AsteroidWatch) August 23, 2020
"El asteroide 2018VP1 es muy pequeño, mide aproximadamente dos metros y no supone ningún riesgo para nuestro planeta. Actualmente hay un 0,41% de probabilidades de que entre en nuestra atmósfera y si lo hiciera se desintegraría debido a su minúsculo tamaño", publicó la NASA en Twitter el pasado mes de agosto.