Varias organizaciones católicas estadounidenses se han lanzado a la calle para protestar contra la nueva medida de Obama para proteger a la comunidad transexual de la discriminación. De hecho, esta vez las revueltas han transcendido a los juzgados, y la Catholic Benefits Association ha interpuesto una demanda en el Tribunal de Distrito de Dakota del Norte por obligar a los médicos católicos a realizar actos que van en contra de sus convicciones.
Según la nueva norma de Obama, queda prohibida la discriminación en los programas de salud que reciben fondos federales. Matizar que dicha ley no ha sido promulgada específicamente para proteger a las personas transexuales, sino que trata de vencer la discriminación sobre cualquier ámbito, incluyéndose otros aspectos polémicos como el aborto. Sin embargo, han sido las consideraciones especiales sobre el cambio de sexo lo que ha levantado ampollas de los grupos más conservadores.
"Lo que la regla dice es que si usted proporciona un servicio particular a cualquiera, no puede negarse a proporcionarlo a nadie", declara la directora legal de Human Rights Campaing, Sarah Warbelow, en un intento de conciliar los ánimos de los católicos.
De esta forma, si un médico practica el aborto de forma habitual no puede negarse a practicárselo a una persona en función de un argumento discriminatorio. Por lo tanto, un especialista católico que no haya practicado nunca un cambio de género no está obligado a hacerlo. Otro caso sería que se negase a atender por cuestiones banales a una persona trans, en ese caso si entraría en acción el peso de la ley.
Catholic Benefits Association ha desoído las explicaciones
Aun con la explicación, las asociaciones católicas niegan que esta sea la verdadera intención de la ley, pues ellos consideran que esta "es un intento del gobierno de redefinir el término 'sexo' en las leyes anti-discriminación federales", según recoge PinkNews, y continúan interpretando que la ley les obligará a realizar cirugías de reasignación de sexo y abortos.