El único modelo de vida que conocemos es el que se alberga en nuestro planeta y a partir de aquí imaginamos cómo sería la vida extraterrestre, la cual se intuye e incluso se cree que la NASA oculta. Los científicos han indagado y lo siguen haciendo para saber por qué La Tierra es habitable y otros planetas no lo son; por qué somos los únicos privilegiados que tenemos vida en millones de kilómetros a la redonda del Sol.
Y, tras los estudios, los científicos han establecido algunas leyes mínimas de habitabilidad que aplicamos, ¡cómo no!, a cualquier tipo de vida que queramos. Aunque nuestro marco nos reduzca ese tipo de vidas porque tomamos lo que vemos enLla Tierra y lo que se sabe de geología, química y física para hacer predicciones alienígenas. Y es que puede haber infinitas y que aquí en nuestro planera lo desconozcamos. Queramos o no, somos un pequeño punto en una galaxia...
La fuente de energía: una característica imprescindible
Pero si nos limitamos al marco teórico que nos marca la biología, la vida sólo puede darse si existe una fuente de energia: en nuestro caso, el Sol. Si esto no existe, consideramos que es imposible que haya cualquier tipo de vida. Además, pensamos que esa energia sólo puede ser solar, en movimiento, química, eléctrica y que sin ellas la vida no es posible.
Y es que nuestro imaginario y conocimientos científicos nos imponen que un planeta digno de albergar vida debe ser capaz de generar la energía suficiente para poder asegurar la vida de sus habitantes. Si no, como diríamos en España, ni es un planeta ni es nada.
