Yolanda Díaz Pérez se perfila como el futuro de Unidas Podemos en España. Desde que entró a formar parte del Gobierno de coalición haciéndose cargo del Ministerio de Trabajo y Economía Social, la gallega ha sabido destacar alcanzando importantes acuerdos entre sindicatos y patronal, fundamentales en mitad de la crisis económica y social derivadas de la pandemia del coronavirus. Así, se ha convertido en una figura de consenso y en una de las ministras mejor valoradas, siendo la cara más destacada de la parte morada del Ejecutivo.
Pero los últimos movimientos en el tablero político otorgan a Díaz un papel más importante en la política española. La decisión de Pablo Iglesias de abandonar la presidencia segunda del Gobierno central para presentarse como candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, han convertido a la gallega en su sucesora. Así lo escenificó el líder morado cuando propuso su nombre para ocupar la vicepresidencia segunda dejando claro que llegaría a ser la primera presidenta del Gobierno de España.
Finalmente, tras llegar a un acuerdo con Pedro Sánchez, que vio un problema en que ocupara la segunda vicepresidencia cuando la responsable económica del Gobierno es Nadia Calviño, Yolanda Díaz ascenderá a la tercera dejando la segunda para su compañera de coalición. De esta manera, mantendrá la cartera de Trabajo.
No cabe duda de que Yolanda Díaz levanta pasiones entre el electorado de izquierdas. Teniendo en cuenta que podría ser uno de los grandes nombres de la política en el futuro cercano, desde Los Replicantes ofrecemos algunos datos para conocerla mejor.
Infancia y juventud
Yolanda Díaz nació en Fene (A Coruña) el 6 de mayo de 1971, concretamente, en el barrio obrero de San Valentín, al lado del astillero de Navantia, la antigua Astano, siendo la hija pequeña de la familia, con dos hermanos varones mayores. Aunque en un principio quiso ser filóloga, finalmente se licenció en Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela. Además, tiene tres postgrados, uno en Urbanismo, otro en Recursos Humanos y uno último en Relaciones Laborales.
Sus inicios laborales los comenzó trabajando como pasante en un despacho de abogados de Santiago y en 1998 se colegiaba y abría su propio despacho en Ferrol. Sin embargo, su futuro estaba en la política.
ADN comunista
Su decisión de dar el salto a la política no fue una sorpresa para nadie y es que proviene de una familia de históricos sindicalistas. Su padre, Suso Díaz, militaba en el PCE en la clandestinidad y fue Secretario General de Comisiones Obreras en Galicia, mientras que su tío Xosé Díaz (hermano gemelo de Suso), llegó a ocupar un escaño por el BNG en el Parlamento gallego. "Con cuatro años, Santiago Carrillo me besó la mano", recordaba en una entrevista a El País para explicar su temprana vocación política. Se afilió al Partido Comunista en cuanto tuvo edad para hacerlo.
Inicios en política
En 2005 llegó a Esquerda Unida como coordinadora general, partido con el que se presentó a la presidencia de la Xunta de Galicia aquel año, aunque quedó fuera del Parlamento. Sin embargo, en 2007 se convirtió en teniente de alcalde por el mismo partido en Ferrol gracias a un pacto con el PSOE y el BNG, durante solo dos años, pues el tripartito no funcionó.
Posteriormente, siguió en la política autonómica consiguiendo un pacto ente EU y Anova, partido nacionalista fundado por el histórico político gallego Xosé Manuel Beiras. Finalmente, consigue dar el salto a la política nacional en 2015, año en que se presenta a las elecciones generales bajo el paraguas de En Marea, con Podemos, Anova y Esquerda Unida dentro. Este partido se hizo con seis diputados e incorporó a Díaz como número dos por la provincia de A Coruña. Mantuvo el cargo de coordinadora de Esquerda Unida en Galicia hasta 2017.
Gran amistad con Pablo Iglesias e Irene Montero
Yolanda Díaz y Pablo Iglesias se conocen de desde hace años, antes incluso de la aparición de Podemos. Su amistad se forjó en 2012, durante la elecciones gallegas, dado que ella lo eligió como asesor. A Irene Montero también le une una estrecha amistad. Define a la ministra de Igualdad como "una mujer todoterreno y una buena persona capaz de entregar muchas horas de su vida restándoselas a su hija para luchar por su país".
Madre de familia
La gallega está casada con Juan Andrés Meizoso, dibujante técnico de profesión, con el que contrajo matrimonio en 2004 en una ceremonia íntima en el centro cultural Torrente Ballester de Ferrol que, sin embargo, llamó la atención por lo poco convencional de sus atuendos, pues ella fue con un vestido rojo y él con un traje color crema. Fruto de esta relación nació en 2012 su hija Carmela, recibiendo este nombre por la madre de Díaz. Desde bebé ya acaparó cierta atención mediática cuando la política comenzó a acudir a las reuniones del partido con ella en brazos (ejemplo que después también seguirían otras políticas como Carolina Bescansa o Irene Montero). A través de las redes sociales suele compartir momentos con su hija y presumir de los logros de la pequeña en sus clases de ballet.
Aficiones
Su mayor afición es el mar y su tierra, donde se escapa siempre que puede para desconectar y visitar a sus amigas. Andalucía también es una comunidad que le gusta mucho. Entre sus acciones se encuentra la música, aunque ella misma asegura tener una vida privada "más bien aburrida" y que duerme poco.
Patrimonio
Según lo declarado por ella misma al Congreso, antes de ser ministra afirmaba tener 4.316,60 euros en su cuenta bancaria a medias con su marido y un préstamo hipotecario que ascendería a 168.284 euros. Por otro lado, junto a su pareja, es propietaria de una vivienda unifamiliar, de su despacho de abogados, el que adquirió en 2003, y de dos vehículos Volkswagen: un Golf y un Touran.
Una ministra muy valorada
Cuando fue nombrada ministra de Trabaja y Economía Social, desde algunos sectores mostraron ciertos recelos pero no tardó en mostrar su valía con un golpe de efecto: un acuerdo que implicaba a los empresarios para subir el salario mínimo. Desde entonces no ha dejado de trabajar, adquiriendo gran protagonismo durante la pandemia por el plan de los ERTE.
Pero a Díaz tampoco le han faltado las batallas en el seno del Gobierno de coalición. Sus tiranteces con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no han sido un secreto, aunque han sabido llevarlas de una manera más discreta que otros miembros del ejecutivo. Fue Calviño quien más se opuso a la pequeña subida de nueve euros del salario mínimo para este año propuesta por Díaz, que acabo perdiendo la batalla. Y el pulso por la reforma laboral entre la dirigente venida del sindicalismo y la tecnócrata de Bruselas continúa.
Su capacidad para llegar a consensos en la mesa de diálogo social y un estilo propio, independiente y alejada de las tensiones que los suyos mantenían con los socialistas, ha reforzado su perfil todas las encuestas la sitúan como una de las ministras mejor valoradas del Gobierno.
