Boris Johnson se ha visto obligado a cerrar Londres y el sureste de Inglaterra a pocos días de Navidad, una decisión que ha sorprendido a toda la población británica. El motivo está ampliamente justificado: una nueva mutación del coronavirus en forma de una nueva cepa.
Esta circunstancia, que además se une a la llegada de la vacuna, ha hecho que surjan nuevas dudas en torno a la gestión de la pandemia. ¿Servirán las curas de las que disponemos hasta la fecha para combatir este nuevo patógeno? ¿Los síntomas serán ahora mas graves?
El Gobierno británico señala que el virus, con esta nueva mutación (bautizada como VUI-202012/01, puede llegar a ser un 70% más contagioso que en la etapa previa. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido que los británicos "tomen las medidas preventivas de seguridad" necesarias para evitar su propagación.
Esta cepa, sobre la que existe conocimiento desde el 14 de diciembre, ahora genera un quebradero de cabeza dentro las autoridades. El director médico del Gobierno británico, Chris Whitty, ha aportado más detalles en una rueda de prensa: "Como resultado de la rápida propagación de la nueva variante, los datos de modelos preliminares y las tasas de incidencia en rápido aumento en el sureste, el Grupo Asesor de Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes considera que la nueva cepa puede extenderse más rápidamente. Hemos alertado a la OMS y continuamos analizando los datos disponibles para mejorar nuestra comprensión".
En investigación
Las primeras investigaciones en torno a esta nueva variante del coronavirus llevarán en torno a dos semanas hasta que finalmente se puedan obtener resultados medianamente concluyentes. Cabe destacar que no nos encontramos ante una cepa que no será ni la primera ni la última en mutar. A pesar de que el coronavirus no es un patógeno dado a las mutaciones, sí es cierto que los virus son dados a cambiar con relativa frecuencia.
A pesar de todo, el subdirector general del Laboratorio Europeo de Biología Molecular, Ewan Birney, ha querido enviar un mensaje de calma: "Si la nueva variante tuviese un gran impacto en la gravedad de la enfermedad, ya lo habríamos visto. Los casos hospitalarios como proporción del número de infecciones se habrían disparado o disminuido drásticamente. Ninguno de los dos ha sucedido". El origen de esta cepa todavía se encuentra bajo estudio y se espera que no cambie los planes de vacunación establecidos en estos momentos por el Gobierno británico.