No eres consciente, pero en tu cara se alojan decenas de seres vivos que además se alimentan de la grasa que desprende tu cara. Pero tranquilo, nos pasa a todos. Son animales diminutos de apenas 0,3 milímetros de tamaño, con aspecto de lombriz, aunque no pertenecen a la familia, ya que son Demodex folliculorum.
Hablamos de un tipo de ácaro muy común, es decir, arácnidos emparentados con las garrapatas y las arañas. Su modo de vida se explica de exhaustivamente en un reportaje del portal NPR con un vídeo muy explícito: por el día se encierran en los poros para salir de noche, mientras duermes y aparearse con otros semejantes sobre tu cara.
Son ácaros, familia de las garrapatas
Estos seres se esconden en los poros de la cara porque allí encuentran el aceite ceroso que excretamos para mantener hidratado nuestro rostro, y que se genera en las glándulas escondidas dentro de los poros, cerca de la parte inferior de sus folículos pilosos. De hecho, estos ácaros se dirigen a los poros más grasientos de la cara, como los que se encuentran en las mejillas, la nariz o la frente.
La vida de los Demodex llega hasta las dos semanas, y nunca llegan a defecar, ya que guardan en su interior los excrementos hasta su muerte. Pero antes, después de darse el festín en tus poros, mantienen relaciones sexuales sobre nuestras caras.
Un estudio publicado por la revista Nature Communications ha explicado que la familia de los ácaros se relaciona directamente con la de las garrapatas porque son parte de la misma línea evolutiva. En este estudio, el profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra y Ciencias Biológicas, Davide Pisani, afirma que "si los ácaros y las garrapatas son una sola entidad evolutiva en lugar de dos especies relacionadas, sería una familia más numerosa todavía de la de las arañas".
Pueden provocar una enfermedad rara
Además, cabe destacar que estos ácaros no distinguen entre hombres y mujeres, pero sí lo hace por edad. En este sentido, se ha descubierto que los bebés no tienen bichos viviendo en sus poros, y de hecho se cree que los"adquieren" por el contacto con la madre o los familiares.
Pero podemos estar tranquilos, ya que se ha confirmado que estos seres diminutos no representan una amenaza para los humanos, a menos que se acumulen en cantidades realmente grandes, lo que en ocasiones puede llevar a que se produzca una enfermedad llamada demodicosis o sarna demodéctica.En los humanos, esta enfermedad puede causar que se forme un brillo rojo o blanco en la piel, que a menudo se asocia con una disminución en la respuesta del sistema inmunitario.
Es importante estar alerta de la existencia de estos animalitos en nuestras caras, pero no es necesario preocuparse, ya que la demodicosis es una enfermedad rara, y la mayoría de las personas viven en paz con ellos.