"Guaguaka". Ese era uno de los pseudónimos con los que Alejandro Díaz, exlíder de las Juventudes Socialistas de Elche, se dedicaba a operar en la denominada como 'Deep Web' o 'internet profunda'.
Díaz se dedicaba a crear perfiles falsos en una zona de internet fuera del alcance de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para evitar ser descubierto, lo que evidencia que el expolítico actuó en todo momento a sabiendas de que su modo de operar era completamente ilícito.
Allí, accedía a varios foros de internet donde mantenía charlas sobre la temática y donde distribuía e incluso comercializaba contenidos pornográficos en los que aparecían bebés obligados a mantener relaciones sexuales con adultos. En algunos de ellos aparecían bebés de unos tres años, a los que se les ataba y quemaba con cigarrillos, en lo que se denomina 'pornografía sádica'.
La Policía aún no ha podido analizar todas las conversaciones que mantenía, ya que el material es completamente extenso, pero según apunta el diario La Razón, el contenido de sus conversaciones era muy duro.
Junto al acto de lucrarse distribuyendo pornografía de este tipo, la Policía también investiga si Díaz llevó a cabo sus deseos y abusó sexualmente de una niña de tan sólo tres años que vivía cerca de él. Las pruebas en este sentido no son aún determinantes, y por ello tan sólo se mantienen las acusaciones de posesión y distribución de material pornográfico infantil, pero ninguna por abuso de menores, aunque la Policía se encuentra cada vez más proclive a incluirla.
Lo que sí que ha verificado ya la Policía es que el acusado distribuía a través de internet imágenes de extrema dureza: "En sus conversaciones con otros pedófilos, aseguraba haber abusado también de un menor de seis años de edad, hecho que está siendo investigado por los agentes".
Los agentes también sospechan que el acusado pudo tener la intención de prostituir a varios menores de edad. En una conversación, le ofreció a un pequeño una cantidad entre 50 y 60 euros por mantener relaciones sexuales con otros adultos. La dureza de las conversaciones impiden que las reproduzcamos en su totalidad.
Un año de investigaciones
La investigación se inició el año pasado, cuando los agentes entraron en un hilo de conversaciones en la red llamado TOR donde se estaban compartiendo imágenes sexuales con bebés de extrema dureza.
Fue entonces cuando empezaron a investigar y encontraron que uno de los miembros más activos era el propio líder de las Juventudes ilicitanas, que casualmente había iniciado una recogida de material escolar y alimentos para niños en los días previos a su detención.
La investigación sigue en marcha, ya que en las conversaciones puede haber participado otra gente que esté involucrada en redes pedófilas. Por ello, las autoridades quieren cautela para garantizar que todo el trabajo realizado no cae en saco roto.
Díaz además realizaba chats a través de Skype, una red social de videollamadas, en los que afirmaba que mantenía relaciones sexuales con menores. Para evitar la comisión de algún nuevo delito, los agentes quisieron detenerle antes de lo fijado, para tener prudencia ante la tipología de este criminal.
Allí reconoció que se había frotado con una niña de tres años, y que tenía intención de violarla. Estos eran sus motivos: "Sentir control, placer, que su vida está en tus manos y que con un apretón en el cuello todo se acabó". En otra de las conversaciones, el acusado afirma que le gustan los pequeños de cero a ocho años, pero que prefiere los menores de "cero a tres".
