Cody-Anne Jackson, una mujer británica de 20 años, ha sido detenida después de asfixiar hasta la muerte a su hija de dos años para vengarse de su marido. La joven le envió una fotografía final con el siguiente mensaje: "Lo siento, imaginé que querrías un último recuerdo". La autora del crimen tenía la intención de suicidarse tras el terrible acto.
La Policía encontró a la madre con varios cortes superficiales en el cuerpo y una nota que decía: "no quiero dejarla ir sin mí. Aquí ya no hay nada para mí ni para mi hija". El suceso llegó después de que la madre bombardease con múltiples mensajes de rencor a su marido, que había decidido romper la relación de pareja.
El padre había huído de la casa familiar unos días antes, un hecho que la madre no había soportado y había intentado por todos los medios que retornase. No lo consiguió.
En algún momento indeterminado, cuando la pequeña dormía junto a ella, cogió una almohada y comenzó a asfixiarla hasta la muerte. Después permaneció junto al cadáver de la pequeña e intentó suicidarse, pero no lo consiguió, tal y como recoge el diario Daily Mail.
La madre, al parecer, había tratado de reconciliarse con su expareja en repetidas ocasiones, pero cuando asimiló que la ruptura era definitiva, decidió encerrarse en la casa con la pequeña y tramar el plan que finalmente ejecutó, tal y como ha confirmado el juez.
La defensa de la madre y una nota de suicidio contradictoria
La madre niega el asesinato de la niña y se ha defendido con el siguiente argumento: a las 18:30 llevó a la pequeña a dormir después de que tomase la medicación que le había recetado el médico.
Una hora después, decidió despertarla y llevarla a su cama, donde ambas durmieron juntas. Sin embargo, cuando la madre se levantó de nuevo (según su relato), se encontró sorpresivamente con la pequeña entre dos almohadas, sin respiración y con el cuerpo frío. Fue entonces cuando llamó a los Servicios de Emergencias.
En este punto, afirma que la gravedad del suceso le llevó a un estado de enajenación mental, por lo que corrió hacia la cocina, sujetó un cuchillo e intentó quitarse la vida. Pero no pudo.
Sin embargo, la nota de suicidio que ella misma escribió la incrimina: "Estoy aquí sentada pensando en matar a mi propia hija y luego suicidarme. No quiero dejarla atrás, pero no puedo ir a uno y otro. No hay nada para mí o para ella".
La policía tuvo problemas para entrar, ya que la supuesta autora había bloqueado la puerta, pero pudo comprobar que la menor llevaba varias horas sin vida. El juicio, mientras tanto, continúa. En tres meses se conocerá la sentencia.