Asesinado a tiros. Así acabó Calvin Munerlyn, un agente de seguridad de 43 años de Michigan, por pedir a una mujer que colocara una mascarilla en el rostro de su hija para entrar en un establecimiento comercial, en plena pandemia del coronavirus.
Según ha explicado el acusado a la fiscalía, los dos adultos discutieron y la mujer se marchó. Cuando volvió a los 20 minutos, estaba acompañada de su esposo y su hijo de 23 años, que portaba una pistola.
Fue en ese momento cuando, sin mediar palabra, el joven descerrajó varios tiros contra el agente, que murió en el ato. Los tres clientes que se han visto involucrados están acusados de asesinato en primer grado.
La víctima, Calvin Munerlyn o 'Big Duper', como le llamaban cariñosamente las personas más cercanas, vivía con su esposa, sus ocho hijos y su madre. La policía, mientras tanto, no logra dar con el paradero del padre y el hijo que acudieron en familia a acabar brutalmente con la vida de un empleado que simplemente estaba cumpliendo con su trabajo.
El progenitor ha sido identificado como Larry Teague y tiene 44 años, mientras que su hijo es Ramonyea Bishop y tiene 23. La policía ha pedido colaboración ciudadana para detenerlos cuanto antes.
El fiscal ha sido claro: "Necesitamos comprometernos como comunidad para hacer lo necesario para mantenernos sanos y pasar juntos la página de esta crisis. Si no es por nosotros, que sea por Calvin Munerlyn, que perdió su vida innecesariamente y sin sentido".
La ley obliga al uso de mascarillas tras registrar más de 4.000 muertes en Michigan
La petición del agente de seguridad Calvin Munerlyn no fue fruto de un capricho, sino parte del cumplimiento de la ley que se encuentra vigente en Michigan como consecuencia de la pandemia: el coronavirus se ha cobrado más de 4.000 muertes y ha dejado más de 40.000 contagios solo en ese estado.
La ley explicita el uso de mascarillas en espacios públicos, aunque hay una parte de la población que lo rechaza, las mismas que se han concentrado en una de las protestas más grandes del país contra el confinamiento, que tuvo lugar en esta zona de Estados Unidos.
Mientras tanto, la Justicia continua investigando el caso, en el que han sido claves las grabaciones de las cámaras de seguridad y el relato de los testigos. Una recaudación de fondos en GoFundMe ya ha conseguido 83.000 dólares para ayudar a la familia de la víctrima en solo dos días.
