El terrible suceso tuvo lugar en la localidad de Ingeniero Budge, al sur de Buenos Aires (Argentina) el pasado miércoles 18 de enero a primera hora de la mañana. La joven Jenifer Geraldine Trillo Julio, de 15 años y embarazada de 5 meses, fue asesinada a sangre fría por dos delincuentes que le robaron la mochila mientras esperaba el bus junto a su madre.
Ambas se dirigían a un control ginecológico en la capital cuando dos hombres las abordaron. Ninguna de las dos opuso resistencia, tal y como explica El País, pero eso no impidió que asestasen tres golpes en la cabeza a la menor para finalmente acabar con su vida de un disparo a sangre fría. La madre, entonces, comenzó a gritar para pedir ayuda, lo que espantó a los criminales que huyeron del lugar.
Según el testimonio de varios testigos, ni la ambulancia ni la policía acudieron, por lo que la joven tuvo que ser trasladada al Hospital Municipal Materno Infantil Oscar Alende en el coche de uno de los vecinos, aunque llegó muerta. Ante este hecho, la indigación se apoderó de los vecinos de Bulge ya que entienden la ausencia policial como un nuevo caso de "zona liberada", como se denomina a la connivencia entre las fuerzas del orden y la delincuencia.
"El ladrón la tiró como a un perro"
El Ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, fue la primer aautoridad en dar explicaciones sobre el suceso concluyendo que Jenifer presentaba "un tiro en la cabeza sin orificio de salida". La madre de la menor asesinada, Roberta Julia Calsin, de 46 años, ha querido explicarse: "Salimos a esperar el autobús pasadas las 7 de la mañana, en ese momento venían dos chavales de más de 20 años, le arrancaron la mochila, le pegaron en la cabeza muy fuerte tres veces".
"Estoy muy dolorida en este momento, me siento tan mal, apenas tenía 15 años, estaba embarazada de cinco meses, estaba estudiando, estaba llena de vida", ha lamentado Calsin."El ladrón la tiró como a un perro. Estoy destrozada, no lo puedo creer, no sé cómo voy a continuar".
