Tiffanie Lucas, una mujer de 33 años, ha sido condenada a dos penas de cadena perpetua por el asesinato de sus hijos de 6 y 9 años en su vivienda de Shepherdsville (Kentucky, Estados Unidos), perpetrado el 8 de noviembre de 2023. La condenada disparó en repetidas ocasiones en la cabeza de los menores, que fueron encontrados gravemente heridos después de que unos vecinos avisaran a las autoridades.
Fue un matrimonio quien contempló a Lucas desplomada en la puerta de su casa, con los pequeños Maurice y Jayden heridos, por lo que llamó a la policía. Fue entonces cuando pudo comprobar a través de la ventana los cuerpos de los pequeños completamente ensangrentados en una de las habitaciones. A pesar de que fueron inmediatamente trasladados a un hospital en Louisville, los médicos no pudieron hacer nada por salvar sus vidas.
Cuando Tiffanie fue arrestada, confesó el crimen ante los investigadores, pero negó que tuviera intención de hacer daño a sus hijos. Por el contrario, alegó que YouTube, los videojuegos y las redes de WiFi están "controlando nuestras mentes", para luego añadir: "Sé que parezco loca, pero no lo estoy".
"Amo a mis hijos"
Durante su confesión, también reconoció que había llegado a efectuar cuatro disparos en tan solo medio minuto, pero los calificó como un "accidente" y negó que tuviera intención en todo momento de agredir a los menores: "Amo a mis hijos", ha repetido durante todo el caso.
La acusada finalmente se declaró culpable ante el tribunal de Bullit County el pasado 23 de octubre. Durante la vista, añadió que había sido "manipulada a través de Facebook, a través de Internet o a través de Wi-Fi" para cometer los crímenes. Cuando fue preguntada por enfermedades o si había consumido drogas, negó por completo: "No, señor".
Los hijos de Tiffanie no compartían padre. El más pequeño, Maurice Baker Jr., compartía nombre con su padre, que luego alegó que le impedía ver a su hijo: "Le preparé una fiesta de cumpleaños, pero no pude ir. A pesar de que le rogué y le envié un mensaje para saber si podía hablar con mi hijo, ella me ignoró", ha respondido el progenitor.
En el caso de Jayden, su padre murió en 2019. Su abuela paterna, Regina Rowan, aseguró que la madre de su nieto siempre supo que tenía un lugar donde dejar a los pequeños: "Podrías habernos entregado a esos niños, y los hubiéramos cuidado [...] Pero has sido egoísta ¡Tú me lo quitaste!", le lanzó en la vista judicial.
Por estos hechos, el juez le ha impuesto la máxima sentencia, dos cadenas perpetuas, puesto que no solo había perpetrado los asesinatos de dos menores, sino que con ello "marcó para siempre la vida de sus familiares y amigos, tanto adultos como niños".
Los abogados han intentado rebajar la pena argumentando que la mujer padecía problemas cuando cometió los asesinatos. Entre ellos, que estaba obsesionada con que les vigilaban para hacerles daño: "Estaba convencida de que ella y sus hijos estaban siendo acosados por un grupo desconocido de personas poderosas que les secuestrarían y torturarían".
Este efecto se habría intensificado como un efecto secundario de la abstinencia a la adicción de opioides que padecía y que intentaba superar la mujer. El tribunal considera que esto no ha interferido y que siempre fue consciente de la barrera entre el bien y el mal.
