Riley June Williams, una joven que participó en la invasión del Congreso de los Estados Unidos el pasado 6 de enero, robó un ordenador portátil propiedad de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. Su intención: vender el equipo a una agencia de espionaje rusa, según consta en una denuncia penal del FBI divulgada este lunes.
La demanda, presentada el pasado domingo 17 de enero por la noche en el Tribunal del Distrito de Estados Unidos en Washington, busca el arresto de Riley June Williams, residente de Pensilvania, por motivos que incluyen la "entrada violenta y conducta desordenada en terrenos del Capitolio", la sede del Congreso en Washington.
La joven permanece fugada de la justicia y las autoridades desconocen en este momento su paradero. Basándose en varias fotografías y vídeos de los disturbios registrados en el Capitolio, un agente del FBI aseguró que Williams fue vista cerca de la oficina de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes.
Un testigo, identificado en el documento judicial como W1 y que en su declaración judicial afirma ser "la expareja sentimental de Riley June Williams" alegó que planeaba enviar el ordenador portátil a un amigo en Rusia para venderlo a la agencia de inteligencia extranjera SVR.
La venta "fracasó por razones desconocidas y Williams todavía tiene el dispositivo informático o lo destruyó", según consta en la declaración jurada. No estaba claro si el ordenador portátil perteneciente a Pelosi fue realmente robado. El FBI continúa con la investigación.
Fuertes enfrentamientos
Estos hechos se producen en el marco del asalto al Capitolio, una multitud de seguidores de Donald Trump alentada por el presidente de Estados Unidos que marcho hasta el Congreso en Washington con el objetivo de invadirlo. Estos hechos se produjeron, precisamente, en la misma jornada en que se debía certificar allí la victoria electoral del demócrata Joe Biden.
En el lugar se registraron enfrentamientos violentos y hubo cinco muertos, incluido un policía. Donald Trump se enfrenta por ello a su segundo juicio político por "incitar a la insurrección". El Congreso permanece cerrado y controlado por militares antes de la investidura el miércoles del demócrata Joe Biden como presidente de Estados Unidos, un evento que, según la policía, algunos alborotadores de extrema derecha amenazan con impedir.
