La caza de animales sigue siendo una práctica a día de hoy lógicamente denostada. A pesar de ello, el asesinato de ejemplares únicos a manos de personas dedicadas exclusivamente a ello es un negocio que mueve muchísimo dinero. El orgullo que las personas que acaban con la vida de un animal es tal que es muy común ver a cazadores posar con sus trofeos, y en la era de Internet, las fotos se publican en las redes sociales y a la larga todo se sabe.
El acto es lamentable cuando lo realizan adultos, pero todo cambia cuando la persona que caza animales salvajes es una niña de 12 años. Esta es la edad que tiene Aryanna Gourdin, una cazadora que ha acabado con la vida de animales como jirafas, cebras y ñus y ha fardado de ello en sus fotos de Facebook y Twitter. Según las publicaciones hechas en dicha red social, los animales eran cazados por ella misma en Sudáfrica en compañía de su padre y en algunas de las fotos se puede ver a la niña posando con el cadáver de un oso, con pose triunfal sobre el cadáver de una jirafa o con la cara manchada de sangre y el corazón de este animal en sus manos.
Estos hechos han indignado mucho a los usuarios de Internet, quienes han puesto su punto de mira en Gourdin. La joven cazadora ha recibido miles de amenazas de muerte, al igual que sus padres, mientras sus actos consiguen cada vez más y más repercusión. Aunque la respuesta del público ha sido en general negativa, algunas voces aseguran que algunos comentarios no deberían estar justificados por tratarse de una menor.
One of the best hunts I've ever been on I'll see you next year Africa??? pic.twitter.com/Nu9C7xnyJR
? Aryanna Gourdin (@AryannaGourdin) 10 de agosto de 2016
A pesar de ser una niña, la joven maneja armas con la soltura suficiente para acabar con la vida de distintos animales, una práctica que ella misma declaró amar en una entrevista en el programa norteamericano 'Good Morning America'. "[Cazar] es algo que me gusta y disfruto haciéndolo. Quiero que otras personas vean lo que he experimentado", afirma Gourdin. "Soy cazadora y no me importa lo que la gente diga, no me van a parar", ha asegurado la niña que ha seguido el camino de sus padres.
Ella misma justifica sus actos diciendo que hace lo que le apasiona y que, además, gracias a la carne de los animales que ha matado pueblos africanos cercanos a la zona donde los cazó tendrán comida de sobra.
No es la primera caza polémica
Obviando el hecho de que una niña de tan solo 12 años maneje con tanta soltura un rifle de caza, las fotos de personas posando con su trofeo de caza son cada vez más comunes y a la vez más denunciadas. Tanto asociaciones animalistas como gente de la calle se suelen mostrar en contra de estos actos y la prueba está en los numerosos casos de cazadores denunciados y acusados por el gran público.
El primer gran caso que se nos viene a la mente es el del Rey emérito Juan Carlos I. En 2013, la polémica saltaba cuando se descubrió que el Rey tenía que ser operado de la cadera de urgencia por un accidente mientras estaba de caza en África. Tras este hecho se descubrió que Juan Carlos había cazado varios animales salvajes como elefantes mientras era presidente de honor de la organización ecologista WWF. Todos sabemos cómo acabó la historia: el Rey pidiendo perdón y aquí paz y después gloria.
También en nuestro país pero un año antes que el rey Juan Carlos ocurrió un caso similar. Esta vez, el conseller de turismo balear (del PP) saltó a la tirada nacional tras filtrarse una foto suya con unos testículos sangrantes de un ciervo que había cazado anteriormente. Este hecho fue altamente criticado por fomentar la cultura del maltrato animal. Dimitió un año después por presuntas sospechas de malversación de fondos.
Pero el caso que más impacto tuvo internacionalmente fue el del león Cecil. Este felino era la principal atracción de uno de los parques naturales de Zimbabue. Hace un año fue cazado y asesinado por un dentista estadounidense provocando un gran revuelo mediático, ya que se descubrió que pagó hasta 40.000 dólares por matar al león, auténtico emblema nacional. Como se ve, el problema de la caza de animales salvajes está lejos de acabar.