Daniel Sancho se encuentra en prisión preventiva en Tailandia desde el pasado viernes 4 de agosto tras confesar el asesinato y descuartizamieto de Edwin Arrieta. El joven de 28 años, que aseguró ser un "rehén" del cirujano plástico, fue quien reportó a la policía la desaparición de su amigo.
El país del sudeste asiático ha barajado la idea de la pena de muerte por delitos como el que se le acusa. Sancho solo podría volver a España para llevar a cabo una posible pena de prisión si no es condenado antes en Tailandia a la pena capital, que solo podría ser sustituida por la cadena perpetua. Según la ley tailandesa, una persona acusada de asesinato podría enfrentarse a una pena de prisión de entre 15 y 20 años, cadena perpetua o pena de muerte. Lo más probable es que la condena se limite a cadena perpetua.
No es posible la extradición a España
Cabe recordar que entre España y Tailandia no existe un acuerdo de extradición mediante el cual un ciudadano español pueda ser juzgado en su país de origen si el delito se ha cometido en suelo tailandés. Sin embargo, existe un acuerdo "en materia de ejecución de sentencias penales" entre ambos países firmado en 1983, por el que se puede solicitar la entrega del acusado una vez haya sido condenado en Tailandia.
Si un español es detenido en un país con el que no existe convenio de traslado de acusados, se intentaría negociar uno nuevo y, a pesar de que todos los españoles tienen derecho a solicitar su traslado, este solo será posible su los dos Gobiernos dan su visto bueno.
Las cárceles tailandesas son famosas por su dureza y malas condiciones. En el caso de Daniel Sancho las opciones de traslado son pocas, aunque juega a su favor el hecho de que la víctima no era tailandesa, sino colombiana.
Caso Artur Segarra
Esta no es la primera vez que se registra el caso de un español acusado de asesinato en Tailandia. El caso más reciente es el de Artur Segarra, quien fue condenado en 2016 en principio a cadena perpetua por el asesinato y descuartizamiento de David Bernat, con quien compartía proyectos de negocio.
Los hechos sucedieron en la noche del 19 de enero de 2016 tras una discusión con la víctima. Esto hizo que el Tribunal Supremo de Tailandia lo condenara a la pena capital por secuestro, robo y asesinato premeditado del también español Bernat.
El plan de Segarra fue secuestrar a su compañero para quedarse con el dinero de su cuenta bancaria de Singapur. Eso antes de asesinarlo, descuartizarlo y arrojarlo al río que cruza Bagkok. Alquiló una casa para guardar material utilizado en el crimen y compró un congelador donde estuvo conservando el cadáver.
El acusado escribió una carta al rey tailandés Maha Vajiralongkorn en un intento de evitar la pena de muerte. Declaró que las duras condiciones de la cárcel le habían hecho reflexionar sobre lo sucedido y solicitó la cadena perpetua o un periodo fijo de cárcel. Finalmente desde la Casa Real se accedió a sustituir la condena principal por la cadena perpetua en 2020 y se iniciaron los trámites para trasladar al condenado a España durante el próximo año. Deberá además devolver a la familia de la víctima la cuantía de 20.000 euros.
Si finalmente no lo hubiera hecho, Segarra habría sido ejecutado en un plazo de 24 horas. Según la Amnistía Internacional, son más de medio millón de presos los que se encuentran en el corredor de la muerte en las cárceles del país.