¿Cuántos años llevamos los seres humanos tomándonos el sexo como una cuestión de placer y diversión? ¿Estamos avanzando en la apertura hacia formas de sexualidad más abiertas, o en verdad estamos volviendo a un punto inicial del cual nunca teníamos que habernos alejado? Cuando te enseñan las pinturas rupestres de Atapuerca o Tito Bustillo, piensas en hombres cazando animales, pero en verdad, el hombre y la mujer primitivos también se dedicaron a dibujar su vida sexual. Y, créenos, tenían muchos tabúes que nosotros.
Según los descubrimientos arqueológicos hallados hasta la fecha, las primeras representaciones sexuales en forma de arte rupestre datan de hace unos 30.000 años. Desde pinturas de escenas sexuales y genitales hasta posibles dildos de piedra, Europa cuenta con una colección de arte de contenido sexual que se extiende por Portugal, España, Francia, Italia, Grecia y Alemania, entre otros países. En estas pinturas y esculturas podemos ver ejemplos de hombres homosexuales, lesbianas, voyeurismo, zoofilia, masturbaciones, sexo oral, etc.
En la cueva de Los Casares, en Guadalajara, se descubrió la primera pintura de corte sexual en 1932, según explica el experto en arte prehistórico sexual y coautor del libro Sexo en piedra, Javier Angulo al diario El Independiente. En esa escena se puede ver a una pareja manteniendo relaciones sexuales "cara a cara", con el falo masculino "más ancho que su cabeza", un gran descubrimiento porque se pensaba que en la antigüedad el hombre copulaba "montando a la hembra por detrás", como los animales. Propio de interpretar la historia desde la perspectiva del momento en que se estudia. Al fin y al cabo, cuentan los expertos que el Homo Sapiens representado en esas pinturas era similar al ser humano actual.
Vulvas, penes y cunnilingus lésbicos
Si queremos hacer una ruta por la prehistoria más erótica, podemos encontrar pinturas de lo más curiosas a lo largo de la geografía europa. En España, además del citado yacimiento de Guadalajara, en la cueva de Tito Bustillo en Asturias tiene el conocido como Camarín de las Vulvas, un conjunto de vulvas pintadas en ocre. En la Ribera do Piscos, Portugal, podemos ver a un hombre eyaculando, con rayas saliendo de su cabeza, quizá reflejando el intenso placer que sentía.
Pero la meca del arte paleolítico sexual es, sin duda, Francia. En las cuevas de La Marche hay dibujos de diversas escenas de muestras de cariño, como besos o abrazos, así como diversas escenas de penetración, pero también un cunnilingus ¡entre dos mujeres! También una escena lesbiana de lo más controvertido se encuentra en Lsussel, donde se puede ver a dos mujeres manteniendo relaciones sexuales con las piernas entrelazadas: la tijera. En la cueva de Enlène se ha registrado una escena de voyeurismo, donde hay dos personas teniendo sexo y una tercera mirando (¿quizá esperando su turno?).
Otra escena homosexual femenina muy conocida es la conocida como Las Bailarinas, que tiene 12.000 años de antigüedad y se encuentra en Gonnersdorf, Alemania, y se ve a dos mujeres aparentemente bailando y frotando sus pechos mutuamente. En esta cueva hay más escenas de parejas de mujeres.
Lo que podías hacer con una piedra y un poco de imaginación
Y no sólo pinturas, los hombres y mujeres del paleolítico, la etapa en la que fueron elaboradas todas estas muestras de arte, aprovechaban la naturaleza para representar su sexualidad. Por ejemplo, en ocasiones usaban agujeros de las rocas para pintar en ellos las vulvas, o estalactitas para hacer de penes. Incluso en la gruta de gruta de Bédeilhac, también en Francia, hay una vulva con una estalactita haciendo de clítoris. Y el primer dildo o consolador registrado en la historia podría ser una escultura de un pene hallado en Ulm (Alemania). Aunque hay diversas representaciones del falo encontradas en restos arqueológicos, este tiene la peculiaridad de contar con unas dimensiones reales junto con un pulido muy cuidado que lo dejó con un tacto muy suave. ¿De verdad piensa el hombre moderno que lo ha inventado todo?
Pese a todas estos hallazgos, siempre ha habido mayor interés por creer que todo lo que se alejara de la monogamia heterosexual era antinatural, pervertido y sucio. Incluso el sexo por placer y no por reproducción, ha sido considerado pecaminoso gracias a siglos de influencia de religiones con intereses concretos. Así es que este tipo de arte rupestre ha sido silenciado en la investigación: "Me sorprende el silencio que rodea a la homosexualidad en el Paleolítico. Imagino que hay que atribuirlo a la cultura dominante, que es la judeocristiana", decía a Público el director del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, Eudald Carbonell, y autor del libro 'El sexo social'.
No, la homosexualidad no es una desviación de la naturaleza, no la ha traído la falta de fe en Dios, el hombre no domina a la mujer desde su creación, ni el sexo tiene el exclusivo destino natural de la reproducción.
