Bobby-Jo-Westley se ha propuesto un reto muy 'hardcore': convertirse en la mujer con las caderas más grandes del mundo. Lejos del complejo de las cartucheras y del sobrepeso, Bobby tiene como reto convertirse en una mujer del tamaño de Godzilla para poder fardar de ello en las redes.
Para que su circunferencia se convierta en la más grande del mundo, tiene que aumentar el tamaño de su cintura en tan sólo 10 centímetros, para superar a su odiado rival, el norteamericano Mikel Ruffinelli, que ostenta el récord con 250 centímetros.
Bobby, con su dieta tan poco saludable, ha confirmado que se está 'haciendo de oro' gracias a sus caderas tan grandes como el tamaño de una mesa camilla: puede llegar a cobrar hasta 2.000 euros por hora gracias a sus sesiones de webcam en las que practica lo que ella denomina como 'sesiones de aplastamiento', que como podréis imaginar, son todo un alegato romántico a Cupido. Bobby se dedica a sentarse sobre los hombres y aplastarlos, gracias a lo que, recordemos, está ganando 2.000 euros a la hora.
Sí, es toda una 'fucker' en toda regla. "Mis caderas son lo que me hace única", ha contado esta mujer, que prosigue: "es lo que hacen de mi lo que soy. Cuando me di cuenta de que había hombres a los que les encantaba mi físico, me sorprendí. Ahora me mandan todo tipo de regalos y mensjaes, algunos incluso me piden matrimonio, lo cual es un poco duro, porque ya estoy casada". No, no sabemos si también 'aplasta' a su marido.
Con 245 kilos y tan solo 1,60 de altura, Bobby está jugándose la vida: su obesidad mórbida le impide realizar ningún de actividad, y está en reposo por orden médica. Sin embargo, su familia está muy preocupada, ya que considera que lo que realmente está haciendo es jugar con su salud y corre peligro de terminar muy mal. Sin embargo, ella lo lleva con calma: "Hay gente en las redes sociales que me llama gorda, pero no reacciono, porque es verdad que esta gorda", tal y como recoge Daily Mail.
Ahora, la única solución que podría mejorar su estado de salud sería una reducción de estómago, pero ella no se lo plantea: no dejará de engordar hasta que consiga su objetivo. "Estoy preocupada por mi salud, sé que no es sano. Mi médico me ha preguntado si consideraría hacerme una reducción de estómago, pero tengo miedo de morir en la operación".
Su meta es muy peligrosa y sabe que debería parar. A ella le da igual: "Sé que me estoy arriesgando para tener las caderas más grandes del mundo, pero es algo que tengo que hacer. Quiero ser recordada por algo, y creo que teniendo las caderas más grandes del mundo sería recordada por algo extraordinario". Tal cual.