Pese a que queramos repetir una y otra vez ese mantra de que 'Eurovisión no es política', lo cierto es que en todo concurso de naciones, los problemas geopolíticos pueden afectar directamente. Raro es un año donde el Festival de Eurovisión no sufra una baja inesperada por motivos logísticos, y de cara a 2021 es la ARMTV armenia la que dice adiós al certamen ante su delicada situación social y política, agravada por su situación bélica frente a Azerbaiyán del pasado otoño.
La televisión albanesa ya renunció con anterioridad a su presencia en Eurovisión Junior 2020, en aquellos momentos en plena contienda albano-azerí. Ahora, pese a que durante semanas se especulaba con su presencia, e incluso con la vuelta de su abanderada en 2020, Athena Manoukian, lo cierto es que la situación albanesa da para pensar en todo menos en música.
Con esta situación, la nómina de países en liza para Eurovisión 2021 se queda en 40, teniéndose que celebrar dos semifinales de 17 países, al ser la segunda semifinal la que contaba con la presencia de Armenia. Ahora, ambas semis contarán con el mismo número de países. Respecto a la UER, no ha hecho más que transmitir que "entiende los motivos de su retirada" y que esperan, en palabras del supervisor ejecutivo Martin Osterdahl, "dar la bienvenida a Armenia de nuevo en 2022".
Una situación convulsa incompatible con Eurovisión
La enemistad entre Armenia y Azerbaiyán ha estado presente durante años en Eurovisión. La presencia de banderas de la región del Nagorno-Karabaj (territorio por el cual se desata el conflicto bélico el pasado mes de septiembre), o los no-reconocimientos entre Armenia y Azerbaiyán son la punta del iceberg de un conflicto que desembocó en una tensión militar que concluyó el pasado nueve de noviembre, con un armisticio donde se firmaba la rendición de Armenia frente al territorio.
Lejos de amainar la tensión e inestabilidad política, la 'rendición' albanesa ha sido considerada como una traición por sectores de la sociedad local, hasta el punto de sucederse varios intentos de Golpes de Estado, el último en manos del General Onik Gasparian hace una semana escasa. Bajo estas razones, el territorio albanés pasa por su época más oscura e inestable de la historia reciente, probablemente desde la desmembración de la Unión Soviética.
Teniendo en cuenta todo esto, la presencia de Armenia se plantearía imposible, al mismo tiempo que ahorra tanto a la UER como a las instituciones un posible conflicto internacional de calado relacionado con el festival. Mientras que Azerbaiyán guarda con recelo su participación en Eurovisión, la que está confirmada, por parte de Albania solo queda restaurar lo mejor posible las labores de Estado para volver a eventos de la talla de Eurovisión. Ante la desgracia de la guerra, la música es secundaria.
