Un nuevo incidente se suma a la larga lista de percances de la maldición del Faro de Moncloa. Un incendio se inició hacia las 17 horas de este jueves en el Faro de Moncloa, adonde se dirigieron rápidamente unidades de la policía y los bomberos de la capital. El fuego se originó en el techo del ascensor, en el aparato de aire acondicionado, posiblemente provocado por un cortocircuito del sistema electrónico. Tal y como informó tempranamente la cuenta oficial de Twitter de Emergencias Madrid, la extensión del incendio se limitó a la sala de máquinas del ascensor.
Para la actuación de los servicios de emergencia fue necesario cortar la A-6, la carretera de A Coruña. No solo para facilitar el acceso de los vehículos de los operarios, sino también por el desprendimiento de cascotes desde lo alto del mirador. Según comunicó Antonio Marchesi a El País, jefe de guardia de los bomberos, debido a que el incendió se produjo en el ascensor fue complicado llegar a él, aunque los daños no se extendieron al resto del Faro.
Este enclave turístico permite a los visitantes disfrutar de las vistas de Madrid a 110 metros de altura, aunque parece que no goza de demasiado éxito, dado que en el momento en que se comenzó a extender el fuego solo había seis trabajadores en el interior que fueron desalojados inmediatamente para evitar tener que lamentar heridos.
El incendio provocó una enorme columna de humo que, al igual que las llamas, podían observarse desde varios puntos de la ciudad. Las redes enseguida se llenaron de fotos de usuarios que se encontraban cerca del mirador. No obstante, alrededor de las 18 horas el fuego ya estaba controlado y había sido reducido.
El mirador 'gafado': placas que se desprenden de la cubierta, goteras y, ahora, incendios
El mirador de Ciudad Universitaria llevaba diez años cerrado cuando se reabrió el 24 de abril de 2015. Precisamente el motivo del cierre tuvo que ver con un incendio cargado de misterio, el del Windsor, tras el cual sus responsables decidieron reforzar las medidas de seguridad y adaptarlas a la nueva normativa, cambiando el ascensor, la escalera interior, la instalación eléctrica y las infraestructuras antiincendios.
Cuando se reabrió se contempló la posibilidad de instalar un restaurante en lo alto, una terraza en la base y hasta de organizar carreras en sus escaleras como las que se realizan en rascacielos de todo el mundo, iniciativas que finalmente nunca se llevaron a cabo. También se habló de unas pantallas táctiles a lo 'Minority Report' para el turista de las que nunca se volvió a saber nada: lo más tecnológico que ha visto ese mirador son unas luces LED a lo largo de su ascensor que forman palabras.
Teniendo en cuenta que fue construido en 1992 y que estuvo clausurado una década, el Faro de Moncloa ha permanecido abierto poco más de la mitad de su vida: 14 años. Y es que la tragedia ha acechado de forma continua al 'OVNI' de la capital, empezando por el mismo año de su inauguración, cuando el viento desprendió algunas placas metálicas de su cubierta y se precipitaron contra el suelo.
Diez años esperaron los madrileños hasta que Ana Botella lo reabrió y, tres días después, el Faro volvió a tener que se cerrado, en esta ocasión por unas goteras. La estructura no soportó las fuertes lluvias que rara vez se precipitan sobre la contaminada capital, aunque en esta ocasión no hubo que esperar otra década, sino apenas unas horas.
El Faro de Moncloa estaba llamado a convertirse en uno de los iconos de Madrid pero, en su lugar, se ha convertido en un icono de la mala suerte de la capital.
