Hace más de diez años que Aramís Fuster hizo una predicciónen televisión que en los últimos días se ha vuelto viral. La bruma más famosa de la pequeña pantalla avisó que se iba a producir una "hecatombe importante a nivel mundial" asegurando que España sería uno de los países que más iba a "contribuir" en ella. Muchos han visto en aquellas palabras la realidad de la crisis sanitaria del coronavirus siendo España uno de los países más afectados por la misma.
La máxima autoridad mundial en ocultismo, como era de esperar, no ha dejado pasar la oportunidad de recordar su advertencia y ha lanzado una nueva serie de predicciones a razón del Covid-19. "La tal hecatombe es un virus de laboratorio y se podría haber evitado, pero nadie me hizo caso", revela a través de una grabación con una de sus particulares pelucas de colores.
"Los que estén esperando una predicción alegre, simpátia o de futuro feliz, se equivocan", anuncia Fuster con semblante serio. "Viene una gran etapa de hambre, de grandes enfemedades, de desolación. No habrá cosechas porque habrán muerto los cosechadores, el planeta asolado porque los animales no tendrán pastos para comer...", asegura.
Futuro apocalíptico
Aramís Fuster augura el peor de los futuros. "Nada de bares, nada de besos, nada de abrazos. Esto no va a ser posible", avisa. La que fuera concursante de 'GH VIP 6' no duda en señalar a los Gobiernos como responsables de esta crisis: "De esto van a salir beneficiados los de siempre".
Según la bruja, no seremos capaces de superar el coronavirus y llegará a instaurarse prácticamente un régimen totalitario en todo el mundo: "Dentro de unos meses va a haber dos nuevos rebrotes de este virus de laboratorio. Y ahí se acabó prácticamente todo. Quedará una generación media joven fácil de dominar donde se les va a aleccionar bajo ciertas influencias muy peligrosas".
Repite en varias ocasiones que se trata de un virus de laboratorio cuyo objetivo es "exterminar a la humanidad". "No sé lo que va a ser de mí después de estas declaraciones", avisa, pero deja una cosa clara: "Me da igual que me quemen por bruja".
