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Arabia Saudí quiere crucificar a un niño activista por manifestarse con un megáfono

Fue arrestado con 13 años, y ahora que tiene 18, Murtaja Qureiris se enfrenta a la pena capital en Arabia Saudí.

Arabia Saudí quiere crucificar a un niño activista por manifestarse con un megáfono

Murtaja Qureiris tenía 10 años cuando habló con un megáfono en una concentración, bajo el siguiente lema: "El pueblo reclama derechos humanos". Era 2011, en plena Primavera árabe. Con motivo de lo ocurrido en este episodio, tres años después fue detenido. Y pasados otros cinco más, a sus recientes 18, se enfrenta a la pena capital con una petición por parte del fiscal de que su cuerpo sea sometido a la crucifixión pública, y la desmembración. 

Con ello, Murtaja se ha convertido en el enésimo ejemplo del calvario que viven y sufren todos los que se atreven a desafíar a la monarquía saudí del príncipe heredero Mohamed bin Salman. El chaval procede de una familia de activistas de la minoría chií que denuncia décadas de marginación. Su hermano también murió víctima de la represión a las protestas que se han sucedido desde 2011. Y, ahora, él se ha convertido en "la víctima más joven de un sistema judicial saudí que descaradamente incumple la legislación internacional". 

Protestas antigubernamentales

Maya Foa, la directora de la ONG británica Reprieve, ha reconocido para El Mundo que "hay otros muchos jóvenes en el corredor de la muerte saudí, con un riesgo inminente de ejecución por ejercitar su derecho a la libertad de expresión. Los socios occidentales del reino deberían exigir justicia para todos ellos"

Aunque fue detenido en 2014, la fiscalía general saudí no presentó cargos en su contra hasta 2017, cuando se le acusó de participar en protestas antigubernamentales, de asistir al funeral de su hermano, de poseer armas de fuego, lanzar cócteles molotov contra una comisaría, y de enrolarse en una organización terrorista. En un principio, Murtaja fue trasladado a un centro de detención juvenil y pasó su primer mes entre rejas en confinamiento solitario. 

Mohamed bin Salman es el príncipe heredero de ma monarquía saudí
"Mohamed bin Salman es el príncipe heredero de ma monarquía saudí"

Después de que su defensa haya denunciado que Qureiris fue forzado a ofrecer una confesión con la promesa falsa de que sería puesto en libertad, en mayo de 2017 fue conducido a un centro penitenciario de adultos. Ahora, Amnistía Internacional afirma que la petición del fiscal es condenarlo a pena capital y someterlo a "crucifixión", una expresión local para referirse a la exposición del cuerpo después de degollarlo. 

Pena de muerte contra la disidencia política

La alarma internacional se ha disparado por su probable entrada en el corredor de la muerte. Por esto mismo, Foa ha denunciado que "no hay vulneraciones más graves de la legislación internacional que la ejecución de un niño. Al pedir la pena capital para Murtaja, poco después de ejecutar a otras personas que fueron arrestadas cuando eran adolescentes, el régimen saudí está publicitando su impunidad ante el mundo".

Pero el caso de Murtaja no es un caso aislado. Según Ali Adubisi, director de la Organización Europea Saudí de Derechos Humanos, "hay al menos diez menores que fueron ejecutados durante el reinado de Salman, entre ellos seis el pasado abril", según explica en declaraciones al diario El Mundo. Además, en todos los casos se cumple el mismo patrón: "Los menores fueron ejecutados después de confesiones extraídas bajo tortura y coerción". 

Murtaja Qureiris fue detenido a los 13 años por participar en una protesta antigubernamental
"Murtaja Qureiris fue detenido a los 13 años por participar en una protesta antigubernamental"

"La mayoría fueron acusados por portestar y reclamar derechos, y han sido privados de cualquier derecho legal. Algunos ni siquiera han tenido oportunidad de reunirse con un letrado", detalla Adubisi. Las cifras son espeluznantes: según Human Rights Watch, en lo que va de 2019 se ha ejecutado a un total de 110 personas. Y por eso las organizaciones de derechos humanos lo tienen tan claro y defienden que "las autoridades saudíes tienen un escalofriante historial de uso de la pena de muerte como arma para aplastar la disidencia política, y así poder castigar a los manifestantes antigubernamentales", incluídos entre ellos menores de edad como Murtaja Qureiris. 

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