Cristina Cifuentes está dispuesta a todo para impulsar la legislación de la gestación subrogada, mal llamada 'reproducción por vientes de alquiler'. Y esto no está gustando nada ni en el PP ni en muchos de sus medios afines, que llegan a tildarlo de iniciativa de "izquierda extrema".
La presidenta de la Comunidad de Madrid, en la Asamblea de este jueves 17 de marzo, ha sometido a votación este método de reproducción, que consiste en que una mujer gesta un hijo para un tercero normalmente a cambio de una retribución económica que se destina a gastos derivados del embarazo y que constituye, a la vez, una compensación por la ocupación que implica la gestación, que impide dedicarse a otras actividades profesionales. En otros países donde sí está legalizada, como EEUU, es una técnica a la que recurren parejas con problemas de fertilidad o del mismo sexo.
Cifuentes defiende que los políticos deben "ir acompañando a la sociedad en lo que la sociedad piensa" y por ello quiere impulsar esta iniciativa, explícitamente prohibida en España. Aunque la Comunidad de Madrid no puede regularla, ya que se escapa de sus competencias, sí que puede elevar el debate al Congreso de los Diputados si así se aprueba en la Asamblea. En todo esto contaría con el apoyo de Ciudadanos, únicos que incluían la gestación subrogada en su programa electoral, pero se ganaría la oposición de su propio partido.
La ideología del PP no comulga con este tipo de reproducción. Consideran que "subvierte el concepto de maternidad" y que es "un atentado aberrante contra la dignidad de la mujer". Por ello, no han dado para votar libremente y han ordenado que el partido vote en bloque en contra de la propuesta bajo amenaza de multa de 300 euros en caso de no hacerlo.
Del mismo modo, medios como la Gaceta ponen el grito en el cielo y consideran que el PP "se ha pasado de frenada" y que la idea de Cifuentes solo tiene como propósito "la búsqueda del centro político". Así pues, señalan que con la gestación subrogada se "sitúa la vida humana en un estadio similar al de la esclavitud" y destacan que otros países "más progres de Europa", como Suecia, no la tienen aprobada.
El problema: la compensación económica
Gran parte del conflicto moral de la subrogación gestacional proviene precisamente de la compensación económica. Sus detractores consideran que es una manera de hacer negocio pero legislaciones como la británica y la estadounidense contemplan 'el pago' como una manera de cubrir costes y molestias durante el embarazo, exclusivamente. Cifuentes, en este sentido, rechaza que se realice como vía para lucrarse económicamente.
Veremos si finalmente Ciudadanos y el PP sacan adelante una medida que se pide desde numerosos sectores de la sociedad, si bien parece difícil, dado que la votación en la Asamblea de Madrid se saldó con 62 votos a favor del PP y C's (tres diputados populares no votaron con el resto del partido) y 64 en contra, de PSOE y Podemos. Quizás plantearlo desde un partido que nada más llegar al Gobierno intentó poner obstáculos al matrimonio y la adopción homosexual, así como a la ley del aborto, no sea la vía más realista, pero todo es posible en el juego político que vivimos en esta legislatura.