Kathleen Folbigg fue considerada la peor asesina en serie de Australia, pero una científica española ha revelado que, realmente, no lo era. Después de 20 años en prisión acusada de matar a sus cuatro hijos, ha sido exculpada y ahora exige una compensación por los daños.
La decisión ha partido del Tribunal de Apelación de Nueva Gales del Sur, que ha ordenado su absolución este jueves 14 de diciembre, después de haber sido condenada a prisión en 2003 por la muerte de sus hijos, después de que la justicia ordenara su indulto y puesta en libertad por "dudas razonables" sobre su culpabilidad.
Una científica española que vinculaba los fallecimientos a un fallo genético ha revelado qué había detrás. Mediante un estudio, ha resuelto que los niños habrían fallecido por una enfermedad genética y no a manos de su madre. Una pequeña mutación en un gen podría ser la responsable de la muerte de los cuatro niños cuando eran bebés.
La sentencia ha llegado este jueves, con la presencia de Folbigg, su abogada y varias decenas de seguidores, que han aplaudido su decisión. El Gobierno de Nueva Gales del Sur tiene la opción de realizar un pago como indemnización.
Inocente
Kathleen Folbigg siempre mantuvo su inocencia y que sus hijos habían fallecido por causas naturales. La mujer ha denunciado que el sistema "siempre prefirió" culparla "en lugar de aceptar que a veces los niños pueden morir y, de hecho, mueren repentina e inesperadamente".
La mujer, que ahora tiene 56 años, fue condenada por presuntamente matar a tres de sus hijos y por homicidio involuntario de su primogénito, entre los años 1989 y 1999. Los bebés tenían entonces entre 19 días y 19 meses.
La revisión de este caso se ha producido después de que una investigación científica haya apuntado a una posible mutación genética que provoca arritmias letales.
