Yasin Kanza, un joven de 25 años, ha atacado dos iglesias de Algeciras, ha asesinado al sacristán de Nuestra Señora de La Palma y ha dejado a cuatro personas heridas, entre ellas, el sacerdote de otro templo.
La Audiencia Nacional investiga el caso como posible ataque terrorista, por los objetivos, metodología y los gritos que proclamó durante la agresión: "Muerte a los cristianos" o "Alá es grande". La Federación Musulmana, por cierto, ya ha emitido un comunicado de condena sin matices: "Este terrorismo es una plaga fruto de una ideología extremista, no se adhiere a ninguna religión y mucho menos al islam".
Hay datos que se incluyen sobre el joven que, sin dejar de lado, la investigación sobre el posible atentado, revelan su pasado. Yasin Kanza tenía antecedentes psiquiátricos documentados en Marruecos. Un hecho que no debe estar relacionado con un acto de violencia y crueldad como el que representa lo sucedido en Algeciras. No se puede vincular enfermedad mental y violencia: por ejemplo, solo el 5% de los tiroteos masivos en Estados Unidos están relacionados con enfermedades mentales graves.
En España, Yasin tenía algún antecedente por delitos comunes, pero no sospechas de radicalización, tampoco en Marruecos, y si se hubiese producido, habría sucedido de manera exprés, algo que dilucidará la investigación.
Su entorno sí que ha relatado un notable cambio durante los últimos meses, en los que su vida se volvió mucho más desorganizada, vivía en una casa okupada, empezó a volverse más paranoico y a centrarse en cuestiones más relacionadas con la religión. "No estaba bien de la cabeza. Estaba loco", ha relatado una persona de su entorno al diario ABC, algo con lo que comulga otra persona: "No es un yihadista, sino un loco que le ha dado por el Corán".
La situación de un sistema
Algunos partidos como VOX están aprovechando el asesinato ocurrido en Algeciras para reclamar nuevamente el cierre de fronteras e infundir odio contra la comunidad musulmana (la misma que ha condenado el ataque), pero lo cierto es que lo ocurrido también pone de relieve la precarización de un sistema sobre el que este partido plantea recortes.
La pandemia ha servido para que la salud mental se haya puesto de relieve. Se trata de un problema que todavía se ve estigmatizado en la sociedad y que, a pesar de todo, lastra unas cifras alarmantes. Por ejemplo, el suicidio es la segunda causa de mortalidad en jóvenes de 15 a 29 años .
Sin embargo, tan solo UPN ha reclamado un plan específico contra el suicidio, que contó con los votos a favor de PP, Ciudadanos, PAR y Teruel Existe, así como 7 abstenciones: JxCAT, Coalición Canaria y Geroa Bai. Votaron en contra PSOE, ERC, PNV o EH Bildu.
La sanidad pública lastra una falta de presupuesto que se materializa en ausencia de profesionales. Los datos del Ministerio de Sanidad cifran en tan solo 344 psicólogos en Atención Primaria. Esto supone un ratio de seis psicólogos por 100.000 habitantes, mientras que la media europea se sitúa en 18 por 100.000 habitantes.
Los expertos reclaman un cambio de modelo y una mayor atención primaria, puesto que el sistema está más focalizado en la atención a las grandes enfermedades mentales, en una época pasada en la que existía menor sensibilización sobre estas cuestiones. Ahora hay mayor demanda en el sistema público que, además, requiere de una mayor frecuencia de asistencia por el carácter de las patologías a tratar.
Según el estudio Headway Mental Healt 2022, el sistema español no responde a las necesidades de los pacientes en la atención a la salud mental. Nuestro sistema sanitario obtiene una puntuación de 4,1 puntos sobre 10 y se sitúa en el puesto 17 de los 27 países de la Unión Europea, más Reino Unido.
Además, España se encuentra por debajo de la Unión Europea en prácticamente todos los barómetros analizados con ayudas destinadas a la salud mental. Y tan solo dedica un 5% de su presupuesto, muy bajo en comparación al 14,% que dedica Francia o al 11,3% de Alemania.
En cuanto a costes directos o indirectos, España es el país que afronta más costes por este tipo de patologías, que pueden suponer más del 4% del PIB nacional. A pesar de todo, España sí ha progresado, con 0,9 puntos en su respuesta sanitaria respecto al año anterior y una mejora de 0,5 puntos en colegios o lugares de trabajo.
1 de cada 5
La atención en todos los casos es relevante. España se sitúa como el segundo país con mayor incidencia de trastornos de salud mental en Europa, según el estudio Headway Mental Healt 2022, solo por detrás de Portugal. Ambos países, además, son los dos únicos que superan el 20% de los casos. Con estos datos, se puede concluir que 1 de cada 5 españoles padecen algún trastorno de salud mental.
En España, destacan la depresión, ansiedad y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH). España, además, supera la media europea en muertes por suicidio, con un 4,58% del total registrado. También ocupa el tercer lugar en años vividos con discapacidad causada por trastornos de salud mental, tanto en adultos como en la infancia y adolescencia.
En cuanto a las causas, la carga genética tiene una importante relevancia, aunque las conductas adictivas y los episodios de abuso están muy relacionados con estas dolencias. La edad de inicio, a pesar de situarse en la adolescencia o juventud, se puede extender a cualquier momento de la etapa vital.