Los humanos se drogan porque buscan la atracción de lo desconocido, de una realidad alternativa. Y ya se considera probado que los animales también 'consumen', aunque todo apunta a que sus razones son mucho más prácticas. Darwin ya observó hace 200 años que media docena animales se drogaban. Hoy en día, se cree que todas las especies de animales se drogan de una manera u otra. Repasamos las formas más curiosas de hacerlo.
1 Los búfalos de agua
Cuando los norteamericanos bombardearon Vietnam en los años 60, observaron un comportamiento extraño en los búfalos autóctonos: comenzaban a alimentarse en los campos de amapolas, que suelen odiar. Esto no se debía a que era lo único a lo que tenían acceso, porque había otras fuentes de alimento. Los expertos creen que comían amapolas por sus efectos estupefacientes, para tranquilizar su estrés causado por las bombas.
2 Los gatos
La droga favorita de nuestros amigos felinos es conocida como 'hierba gatera', y les resulta absolutamente irresistible. No solo se la comen, sino que se frotan y juguetean con esta planta, que les hace estar eufóricos y juguetones, e incluso hace que produzcan sonidos similares a los que emplean cuando están en celo. La única pena es que hay especies de gatos totalmente inmunes a la planta, pero dos de cada tres adoran este estimulante natural.
3 Los renos
La Amanita muscaria es una de las setas que se consideran alucinógenas, por lo que hay gente que consume para experimentar una sensación de euforia y bienestar. Pero los humanos no somos los únicos en habernos dado cuenta de sus propiedades: los renos también dan un mordisquito a la seta de vez en cuando, y se vuelven algo locos por un tiempo. Como curiosidad, se cree que la leyenda de que Papá Noel tiene renos voladores se basó en historias de gente que había consumido la famosa seta y había alucinado un poco.
4 Los delfines
Es de sobra conocido que los peces globo pueden ser muy peligrosos, puesto que tienen una toxina en su cuerpo que, si no se elimina antes de cocinarlo, puede ser muy peligrosa. En países como Japón, la gente paga una fortuna para que se lo preparen con el máximo cuidado posible, puesto que un pequeño error del cocinero puede resultar fatal. Y, si en algo se parecen los delfines a nosotros, es que a ellos tampoco les importa correr el riesgo por probar este manjar. Los delfines toman pequeñas dosis de la toxina del pez globo para experimentar un subidón.
5 Los lemures negros
Los lemures de Madagascar no son nada tontos, y han descubierto que los milpiés tienen una toxina que auyenta a los insectos. Por eso, se frotan con este compuesto para evitar las picaduras de insecto. Y, por si esto fuera poco, el químico les hace quedarse totalmente colocados. No se sabe qué es más importante para ellos, si drogarse o protegerse contra los mosquitos, pero lo que está claro es que no parece importarles utilizar este método insecticida.
6 Los mandriles
Otro primate que no hace ascos a estar puesto es el mandril. Pero no lo hace por gusto, sino por razones prácticas. Se ha observado que estos monos se drogan con una planta llamada iboga justo antes de una pelea, probablemente para aumentar su energía y sentir menor dolor al recibir golpes. Si los humanos hicieran esto, ni uno pasaría el control de antidoping.
7 Las moscas
A las moscas les encanta lamer un ácido que cubre algunas setas y disfrutar del efecto: básicamente se quedan atontadas. Y aquí tenemos un ejemplo perfecto de los peligros de las drogas: se quedan tan colocadas que son un blanco fácil para los sapos, que las cazan sin hacer mucho esfuerzo. Se piensa que los sapos no hacen ascos a estas moscas en parte porque ellos también disfrutan del efecto de la droga que ha consumido la mosca.