Ángel Hernández ayudó a su mujer, María José Carrasco, a acabar con su vida. Ella sufría esclerosis múltiple y después de treinta años con la enfermedad, no podía soportar más el dolor. Así lo evidenció su marido en unos vídeos que grabó para demostrar los deseos de morir de ella y a su vez denunciar que si el Congreso no aprobaba la ley de eutanasia, no le quedaría otro remedio que asistirla en un suicido.
Ángel se autoinculpó. Y cuando saltó la noticia a los medios, también lo inculpó la justicia. Ahora está acusado de un delito de cooperación al suicidio. Y el caso no se quedó ahi, sino que la Audiencia Provincial ha llegado a ordenar que la instrucción continúe en el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer. Por este motivo, Hernández ha grabado un vídeo para demostrar la dedicación y el excelente trato que su mujer recibió durante treinta años.
La grabación, a la que ha tenido acceso Público, recibe el irónico título de 'Mi violencia de género', y en él Ángel enseña con todo tipo de detalles el piso adaptado que se construyó especialmente para María José. Estancia por estancia, describe todos los aparatos que a lo largo del tiempo el marido compró para hacerle la vida a su compañera lo más confortable posible. Al principio del vídeo, él mismo pronuncia su declaración de intenciones: "Dado que me han llevado a los tribunales de violencia de género, quería repasar lo que he hecho yo por María José, para comprobar si tiene ver con la violencia machista, que es castigable".
30 años de dedicación
Ángel enseña los libros que le leía en voz alta a su mujer porque ella no podía cogerlos, la colección de películas que era su alternativa al cine, pues ella no podía salir de casa, y hasta "un sillón especial que le daba masajes para que no tuviese dolores en las piernas, y aun así seguía teniéndolos". Durante los cinco minutos que dura la grabación, también enseña el cuarto de baño totalmente adaptado donde la aseaba y la habitación que él mismo constuyó para ella.
"Supongo que esto es violencia de género. Me imagino que las magistradas y los magistrados que han decidido que yo pase a los juzgados de violencia de género es por esto, porque yo se lo preparaba para que pudiera vivir mejor", denuncia Hernández con voz temblorosa. Cabe destacar que en su momento, el ministerio público especificó que no tenía sentido que el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 5 llevara el caso porque la muerte no encajaba en este tipo de delitos.
Pero fue la jueza de instrucción la que elevó el caso de María José Carrasco a la Audiencia Provincial de Madrid, que fue finalmente quién decidió que este correspondía al Juzgado de Violencia de sobre la Mujer. Los motivos fueron que no había pruebas suficientes para "determinar fehacientemente si se trata de un acto de violencia contra una mujer en el ámbito de la pareja".
"Esta es mi violencia de género"
Casi cuatro meses después, el acusado sigue defendiendo que "determinados magistrados no tienen ningún interés en conocer la verdad". Ángel Hernández entregó en su momento el móvil para que extrajeran toda la información, pero "estuvo tres meses retenido en el juzgado y no volcaron los datos". Y él mismo explica que según su abogada, "no llegó a ser objeto de investigación y, al devolvérmelo, han roto la cadena de custodia. Como yo ahora podría manipularlo, ya no vale como prueba".
Ahora Hernández está legitimado para recurrir ante el Tribunal Supremo la competencia del caso, según la Fiscalía. Y por su parte, su abogada interpondrá un recurso contra el auto del juzgado número 29 de la Audiencia madrileña. Pero lo cierto es que a día de hoy, el caso sigue en manos del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 5. Por esto mismo Ángel comenta y denuncia irónicamente: "En el vídeo muestro la violencia de género que he empleado". "Aquí está toda mi violencia de género". "Esta era la dedicación que yo tenía por ella".