Confirmamos el segundo nombre de Eurovisión 2023. Después de que Israel anunciara a su diva Noa Kirel allá por el mes de agosto, ahora otro país de mucha diva, Chipre, rompe con su tradición y vuelve a elegir a un chico para Liverpool, algo que no hacía desde aquel festival cancelado de 2020 con Sandro Nicolás.
En esta ocasión, la fórmula elegida por la RIK se parece mucho a la de su vecina Grecia, la que en los últimos años se ha centrado en encontrar talento extranjero con herencia y descendencia helena para el festival. Y es que Andrew Lambrou es una cara más o menos conocida de la esfera eurovisiva, ya que el año pasado intentó representar a Australia en Eurovisión participando en el 'Australia Decides' con el tema 'Electrify' (que contaba con partes en castellano).
Diciendo esto, ya se imaginará que el artista es nacido en Australia aunque de raíces chipriotas, algo que ha hecho que desde la CyBC haya interesado sobremanera el perfil. La elección es fruto de una colaboración entre Panik Records, sello helénico que ya trajo a Eleni Foureira, Tamta o Elena Tsagrinou, y el sello aussie City Pop Records.
De esta colaboración poco más sabemos, más allá de la certeza de que llevaban desde verano planteándose la opción de elegir a Lambrou como representante para Liverpool. Si bien durante todo el año pasado se especuló con que Chipre pudiera intentar una preselección a través del programa 'All Together Now', lo cierto es que el proyecto no caló, posponiéndose para 2024 en principio. Una vez esta vía se descartó, la opción de elegir a Andrew Lambrou tomó enteros.
Eurovisión, bajo la sombra de las retiradas
Con todo esto, ya tenemos dos artistas confirmados de un festival al que le sobrevuela el fantasma de las retiradas. En fechas recientes, Macedonia del Norte, Montenegro y Bulgaria han dado un paso al lado respecto al Eurovisión de Liverpool, y podrían no ser la última baja de un festival tremendamente castigado por la crisis energética y los efectos de la invasión rusa en Ucrania. Así, lejos de los 40 participantes, el objetivo de la UER deberá ser el de cerrar un número cercano a los 37 que ya vivimos en Eurovisión 2014.