María Luisa Martínez Barranco, de 85 años, tenía que hacer frente a una condena de seis años de cárcel por haber matado a su hijo discapacitado. Pero finalmente, la Fiscalía y la defensa han llegado a un acuerdo antes de celebrarse el juicio y la mujer ha quedado en libertad.
Sin embargo, la anciana contará con una libertad vigilada y un tratamiento médico psiquiátrico para no ingresar en un centro médico durante seis años, la duración de su condena. Fuentes jurídicas han declarado que el acuerdo culpa a María Luisa como autora única del asesinato con alevosía de su hijo, además, del agravante de parentesco. Sin embargo, la Fiscalía ha decidido aplicarle una eximente completa por alteración psíquica.
No ha sido necesario llegar a juicio
El juicio tuvo lugar el pasado viernes, en la Audiencia Provincial de Madrid. María Luisa llegaba junto a su hija cerca de las nueve de la mañana para hacer frente a las acusaciones. El fiscal pedía hasta seis años de encarcelamiento y el internamiento de la mujer en un centro psiquiátrico durante otros seis años.
Pero como suele suceder en este tipo de juicios, en los que las personas acusadas son tan mayores de edad, el ministerio público y la abogada que defiende a la anciana negociaron antes de entrar a juicio. Cuando María Luisa entró en la sala, el primero en hablar fue el ministerio público que explicaba al juez el acuerdo y la letrada ratificaba lo convenido.
Esta parte se celebró a puerta cerrada, sin público y sin jurado, que no llegó ni a conformarse, y como todas las partes estaban de acuerdo con lo convenido, María Luisa abandonó el lugar treinta minutos después de su llegada junto a su abogada. Además, no realizó ningún tipo de declaración ante los medios de comunicación que allí se encontraban.
Aunque la mujer ha quedado libre de prisión por la aplicación del artículo 20 del Código Penal de alteración psiquiátrica, la ley recoge que se le tiene que fijar una medida de seguridad que evite que la anciana pueda volver a cometer algún nuevo delito. De ahí que a partir de ahora y durante los próximos seis años cuente con libertad vigilada.
Su hijo dependía totalmente de ella
Según el relato de la Fiscalía, el hijo de la acusada tenía 64 años en el momento en el que fue asesinado y estaba "judicialmente incapaz total" ya que era ciego, sordo, mudo, con una minusvalía mental y una evidente falta de movimientos. Lo que significa que era dependiente totalmente de su madre.
"Al verse mermada en sus capacidades físicas para continuar asumiendo los cuidados que requería y con el fin de evitar que sus otros hijos tuvieran que asumir la carga futura del mismo cuando ella faltase, tomó la decisión de acabar con su vida y con la de su citado hijo", resume el escrito que presentó la acusación.
La anciana tenía graves problemas mentales que habían ido empeorando debido a su estado de salud y su avanzada edad. Por ello, quizás, terminó vaciando dieciséis envases de pastillas (desde analgésicos hasta antidepresivos), que había estado acumulando durante días. Los mezcló en una batidora, separó el contenido en dos vasos y le dio uno a su hijo, inconsciente de lo que tomaba, y el otro se lo bebió ella. Ambos cayeron desmayados por la intoxicación. Fue la hija quien los encontró tirados en las camas del dormitorio de la vivienda.
Los dos fueron trasladados al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Allí el hijo falleció al día siguiente como consecuencia de la hemorragia cerebral provocada por la ingesta de los medicamentos, y a María Luisa, por su parte, consiguieron salvarla de la intoxicación. Ahora, deberá cumplir con la sentencia impuesta por el juez.