Una anciana natural de Auckland, Nueva Zelanda, ha batido recientemente un nuevo récord. En diciembre de 1948, cuando tan solo era una niña, cogió prestado de la biblioteca municipal el libro 'Mitos y Leyendas de Maoriland', de la Editorial AW Reed. No ha sido hasta el pasado 28 de abril cuando la anciana se ha dignado a devolver el ejemplar.
67 años, o lo que es lo mismo, 24.605 días es el tiempo que ha permanecido el libro entre las manos de la protagonista de esta historia, cuya única excusa es que se mudó de ciudad cuando era una niña.
Para más inri, la usuaria de la biblioteca advirtió que jamás le llegó ningún aviso sobre su retraso. Zoe Cornelius, responsable de la biblioteca, ha explicado en una entrevista al diario The Guardian que no existían registros anteriores a 1950 y que, por lo tanto, fue imposible localizar a la persona que no había devuelto el libro.
No obstante, desde la biblioteca reconocen que se llegó a realizar una investigación al respecto de esta situación irregular que, obviamente, no dio sus frutos. Al menos la anciana se mostró dispuesta a pagar la multa correspondiente a su retraso.
El libro, que debió ser devuelto antes del 17 de diciembre de 1948, tiene en su parte posterior una hoja que explica a cuánto debe ascender una multa por retraso en la devolución. Por entonces, la anciana tendría que haber pagado tres peniques por la primera semana de retraso y un centavo al día durante todos los días siguientes.
No obstante, con las tasas actuales, la multa que tendría que pagar sería de unos 17.000 dólares (alrededor de 15.000 euros). A pesar de todo, en los años 40 los menores de edad no tenían responsabilidad pecuniaria sobre los retrasos de los préstamos en Auckland, por lo que la biblioteca municipal ha perdonado el desliz.
Cornelius ha explicado a la prensa que la mujer llegó "algo avergonzada", pero confesó que había disfrutado muchas veces de la lectura del libro. En la biblioteca están muy contentos porque, al menos, el ejemplar cayó en unas "buenas amigas", aunque algo olvidadizas. La anciana, que regresó a Auckland a una visita familiar, aprovechó para devolver el libro 67 años más tarde.
El ejemplar se encuentra ahora en fase de análisis para determinar su estado, aunque desde la biblioteca aseguran que ha estado muy bien cuidado y se plantean la posibilidad de guardar el libro en la sección de colecciones especiales de la biblioteca.