Anastasia Yalanskaya tuvo claro que no quería huir de su hogar, a pesar de que sus amigos y familiares ya estaban preparados para salir cuanto antes. Así que decidió permanecer allí y seguir cuidando de los animales de los animales de los que se hacía cargo.
El tiempo pasó, hasta que la joven ucraniana de 26 años estaba entregando comida en un refugio para perros, en Bucha, situado a 30 kilómetros de Kiev, el pasado viernes 4 de marzo, junto a otros dos hombres, también voluntarios.
Los amigos y familiares de Yalanskaya dicen que su coche fue disparado deliberadamente a corta distancia por las tropas rusas. No saben por qué fue atacada, pero creen que los militares rusos están matando cada vez más civiles al azar como una forma de asustar a la población para que se someta a sus dictados.
"Le pedí que tuviera cuidado. Que hoy en día, un error cuesta muchísimo", cuenta el marido de Anastasia, Yevhen Yalanskyi. "Pero quería ayudar. Le pedí que pensara en la evacuación, pero no escuchó", rememora.
This is Anastasiia Yalanskaya ????????
— Ashleigh Stewart (@Ash_Stewart_) March 5, 2022
She was killed yesterday, just outside Kyiv, delivering supplies to a dog shelter that was without food for 3 days
The car she was in was targeted at close range
Yalanskaya stayed behind in Kyiv to volunteer as everyone fled around her pic.twitter.com/0Q9ZtLy8bo
El refugio llevaba tres días sin alimentos
El refugio al que Yalanskaya fue a entregar comida llevaba tres días sin recibir alimentos para los animales. Tal y como consta en su última historia de Instagram, publicada solo unas horas antes de su asesinato, la joven aparece sentada en la parte trasera de un vehículo, sonriendo a la cámara, junto a bolsas de comida para perros.
Su coche fue encontrado, acribillado a balazos, no lejos de la casa de la casa de uno de los otros voluntarios que también fueron asesinados. Habían entregado la comida y casi habían llegado a casa cuando les mataron. El cuerpo de la jo ven permanece en una morgue en Bucha, porque la lucha es tan intensa que nadie puede ir a por él, dijo un amigo a Global News.
"Era uno de los mejores seres humanos que conocí. Ella se comprometió a ayudar, a ayudar a sus amigos y familiares y a quien lo necesitara", recuerda su marido. "Amaba a los animales. Teníamos un perro y un gato. Era la mejor compañera", rememora.
