Las elecciones en el País Vasco se han zanjado con un resultado muy ajustado. A pesar de que el PNV ha mantenido su victoria en votos, la realidad es que la formación nacionalista ha empatado con escaños en representación en el Parlamento Vasco y, además, ha experimentado un retroceso de cuatro representantes.
La situación contraria se encuentra en EH Bildu, partido que se ha quedado a tan solo 29.000 votos de ganar al PNV y, con ello, erigirse en primera fuerza política de la región. La izquierda abertzale ha experimentado un notable ascenso de seis escaños, que se suma al fuerte incremento que ha experimentado durante las últimas citas electorales.
Los resultados de las últimas elecciones en el País Vasco, del 21 de abril de 2024, son los siguientes:
- PNV 27
- EH Bildu 27
- PSE-EE 12
- PP 7
- Sumar 1
- VOX 1
De este modo, la suma de PNV y PSE-EE supone un total de 39 escaños y supera, en uno, a la mayoría absoluta requerida en la Cámara autonómica para la formación de un nuevo gobierno. Con práctica seguridad, por tanto, se reeditará la coalición de Gobierno que nacionalistas y socialistas han mantenido durante la última legislatura.
En todo caso, ¿qué representan los resultados registrados en el País Vasco? ¿Qué escenario representa para la izquierda estos comicios? ¿Qué implica para la derecha?
1 Despeja incógnitas para el PSOE
A pesar de que los socialistas habían reivindicado en todo momento su intención de elegir al PNV como socio preferente en caso de tener que elegir entre socios, lo cierto es que la victoria del PNV ofrece el contexto perfecto para sellar el ansiado pacto.
Tanto PNV como EH Bildu sostienen en el Congreso de los Diputados a Pedro Sánchez, pero no del mismo modo. Mientras que la izquierda abertzale no tiene una alternativa (aunque podría romper relaciones), la realidad es que el PNV se ha erigido como formación bisagra y aupó al PSOE a La Moncloa una semana después de cerrar los Presupuestos de Mariano Rajoy.
El resultado actual lleva a una doble dependencia entre ambos: los socialistas mantienen al PNV en la Lehendakaritza y los nacionalistas no tienen duda en elegir espectro político si, de ellos depende, puede cambiar el color del Ejecutivo.
El PP, de este modo, encuentra mayores dificultades para atraer al PNV hacia su marco, a pesar de que el candidato popular en el País Vasco, Javier de Andrés, ya había lanzado guiños sobre esta posibilidad. La actual mayoría en el Congreso aparenta no tambalearse, al menos por el momento.
2 Evidencia los problemas de Sumar para ampliar la base electoral de su sector
A pesar de que uno de los principales objetivos de Yolanda Díaz y Sumar era ampliar la base electoral del espacio situado a la izquierda del PSOE, lo cierto es que la sucesión de citas electorales están provocando un desgaste de la marca que lidera, Sumar.
Las pasadas elecciones celebradas en Galicia el pasado 18 de febrero fueron un duro golpe para la marca, que no obtuvo representación. Se trata de la tierra natal de la vicepresidenta segunda del Gobierno y había presentado a una candidata con cierta visibilidad mediática, Marta Lois, que había ejercido como su portavoz en el Congreso de los Diputados.
El resultado en el País Vasco, con tan solo un escaño, evidencia que Sumar se encuentra en estos momentos lejos de erigirse como una alternativa real al PSOE, especialmente en territorios sensibles para su marca, como las nacionalidades históricas.
Cabe destacar que el País Vasco era un territorio de interés para este espacio electoral. En las elecciones generales celebradas en 2016, la formación morada ganó y se convirtió en la primera fuerza política en esta comunidad autónoma, con 6 diputados frente a 5 del PNV.
Los morados, en esta ocasión, ni siquiera han obtenido representación. Su candidata, Mirem Gorrotxategi, se había mostrado dispuesta en febrero a rechazar este papel si, de esta forma, se priorizaba un acuerdo con Sumar, pero ambas marcas se han presentado completamente por separado.
Si Sumar ha obtenido un solo escaño, la realidad es que todos los votos de Podemos no han llegado a ningún sitio y se vuelve a abrir la eterna incógnita: ¿Qué hubiera supuesto una candidatura realmente conjunta?
3 La estrategia institucional de EH Bildu tiene éxito y cosecha notables mayorías
Si el País Vasco se había convertido durante los últimos años en un amplio nicho de votos para Podemos, la realidad es que la descomposición de la formación morada ha terminado siendo aprovechada por otro partido: EH Bildu. La izquierda abertzale ha emprendido un radical giro de estrategia y se ha presentado con un discurso y programa más institucional, con un candidato alejado en imagen y trayectoria de sus precedentes.
La estrategia de EH Bildu, en todo caso, encuentra en el Sinn Féin norirlandés, un gran ejemplo, del que también beben otras formaciones como ERC, que actualmente preside la Generalitat de Cataluña (en funciones) con Pere Aragonès, tras haber experimentado un notable ascenso electoral.
A pesar de que la formación abertzale ha protagonizado algunas polémicas durante la campaña electoral, especialmente cuando su candidato, Pello Otxandiano, no calificó abiertamente a ETA como banda terrorista, lo cierto es que evidencia un claro giro e intención de postularse como una formación de gobierno.
¿Qué ocurre en la derecha?
En el caso de la derecha, los resultados de las elecciones muestran varios apuntes. En primer lugar, que el PNV ha experimentado, a pesar de su victoria, un retroceso en votos y representación. Por este motivo, la formación tiene el reto de analizar su estrategia y reformular un giro para recuperar el espacio perdido, especialmente cuando ha obtenido un empate con EH Bildu, en pleno ascenso.
La victoria del PNV, con un tono marcadamente institucional, alejará este territorio de la confrontación política. Además, el previsible pacto de Gobierno que podría alcanzar con el PSE-EE mediante la fórmula de coalición (que reeditaría) ata a ambos partidos durante prácticamente el resto de la legislatura, y sitúan por el momento a los socialistas como sus socios preferentes antes que el PP en el Congreso de los Diputados.
El PP ha evidenciado un cambio en estos comicios, con la candidatura de Javier de Andrés, que muestra un discurso más transversal y menos dispuesto a la confrontación que su antecesor, Carlos Iturgaiz. La formación, que se encontraba previamente en retroceso, ha aumentado su representación hasta los siete escaños.
Por último, VOX ha mantenido su escaño por Álava, con Amaia Martínez. La formación ultraderechista consolida de este modo su representación en un territorio sensible y, también, su presencia en la vida política española, e incluso empata con Sumar.