Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, están siendo investigados por un presunto delito de maltrato infantil contra su hija Alma. La causa se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 3 de Las Palmas de Gran Canaria después de que los sanitarios del centro donde permaneció ingresada la menor pusieran en conocimiento de la justicia las lesiones que presentaba la pequeña.
Por el momento, la sobrina de Isabel Pantoja se ha defendido y ha negado cualquier caso de violencia contra su hija. Además, ha señalado que este tipo de intervenciones forman parte de protocolos rutinarios cuando se producen estos casos en bebés de tan corta edad.
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) investiga si la menor sufrió lesiones compatibles con el síndrome del bebé sacudido, que se considera un caso grave de maltrato infantil. En todo caso, el documento judicial no detalla que los padres sean responsables directos de los daños y la niña permanece bajo su custodia.
Qué es el síndrome del bebé sacudido
El síndrome del bebé sacudido, también conocido como 'Shake Baby Síndrome', se produce cuando un bebé es sacudido con fuerza, algo que puede causar lesiones cerebrales graves, ceguera o incluso la muerte. Los bebés son especialmente vulnerables a padecer este síndrome por varios motivos, según la Asociación Española de Pediatría: su cabeza es proporcionalmente más grande que el resto del cuerpo, la musculatura de su cuello todavía es débil y el cerebro es más blando con vasos sanguíneos frágiles.
Cuando un bebé es sacudido, su cabeza sufre movimientos bruscos de aceleración y desaceleración, algo que puede derivar en hemorragias cerebrales y retinianas, fracturas óseas y secuelas neurológicas irreversibles para el recién nacido.
Se trata de un episodio especialmente grave para los niños. A nivel global, uno de cada cuatro menores que sufre este tipo de violencia no sobrevive. Entre los que sí lo logran, entre un 65% y un 80% sufren secuelas neurológicas, entre ellas deterioro motor, cognitiva o discapacidad intelectual. Este tipo de casos son muy poco frecuentes, pero resultan especialmente peligrosos para los pequeños, puesto que se constituyen como una de las principales causas de muerte y discapacidad infantil.
Los casos suelen presentarse entre los dos y ocho meses de vida y presentan algunas circunstancias comunes entre todos los episodios analizados. Entre otros factores, se incluye el estrés familiar, la falta de apoyo social, la violencia en el hogar o el consumo de alcohol y otras drogas.
Los síntomas de estos episodios están descritos por la prestigiosa Clínica Mayo de Estados Unidos. Son agitación o irritabilidad extrema, dificultad para permanecer despierto, problemas respiratorios, vómitos, palidez o color azulado, dificultad en la alimentación, convulsiones, parálisis y coma.
En algunas ocasiones pueden presentarse moretones en el rostro, aunque es posible no apreciar lesiones físicas en el cuerpo del bebé. "Muchos niños con síndrome del bebé sacudido muestran signos y síntomas de abuso infantil anterior", explica el citado centro. En los casos leves, el menor puede verse normal después de ser sacudido, pero con el tiempo puede manifestar problemas de salud o comportamiento.
Pasos a seguir para evitar el síndrome del bebé sacudido
Los especialistas del Hospital Vall d'Hebron han detectado un incremento de estos casos en los bebés, por lo que han emitido una serie de consejos para reducir este tipo de episodios que pueden alcanzar graves secuelas en los pequeños.
El llanto es normal y un bebé sano puede llorar varias horas al día, puesto que es fundamental normalizarlo. A la hora de abordar este problema, se recomienda calmarlo y abrazarlo, mecerlo, cambiar el pañal o alimentarlo. Además, se recomienda apostar por los relevos cuando el cuidador sienta que ha perdido la paciencia. Siempre se recomienda evitar sacudir al menor y mejor dejarlo en su cuna, de lado o boca arriba, para una pausa antes de actuar indebidamente. Y, por último, es bueno pedir siempre ayuda si se cuenta con el apoyo de familiares o especialistas para evitar situaciones de máximo estrés.
Por estos motivos, uno de los mejores consejos es que los padres o cuidadores aprendan a gestionar el cansancio y la frustración en el cuidado de los bebés, así como identificar cuando es necesario pedir ayuda para abordar la situación.