Ana Julia Quezada, la asesina confesa del pequeño Gabriel Cruz, tenía pensado cada paso que daba, aunque cometió el error de decir que había encontrado una camiseta del menor, ya que a partir de ese momento todas las miradas se posaron en ella. La Guardia Civil comenzó a investigarla. Sin embargo, ella mostró una actitud colaborativa e incluso se rodeó más que nunca de su familia.
Y es que en los días en los que toda Almería se volcaba en encontrar Gabriel, ella también lo hacía y además pedía a famliares del pequeño que la acompañasen a la finca de Rodalquilar, en donde tenía escondido el cadaver del niño. Allí incluso llevó a su hija Judith, que vive en Burgos, tres días seguidos, pues Ana Julia le pidió que la acompañase durante la desaparición del pequeño. Quizá un hecho más que creía que alejaría las miradas sobre ella.
Durante el juicio, varios testigos declararon que Ana Julia insistía en ir cada día a la finca, algo que les llamó la atención y no dudaron en preguntarle el motivo. "Me gusta ir a la finca porque me da paz y tranquilidad", respondía ella. Según Okdiario, Ana Julia les pedía acudir a la finca como coartada, ya que así sabía que nadie descubría el lugar en el que tenía escondido el cadaver del pequeño de 8 años.
"Nos mandó a la otra punta de la finca para buscar a Gabriel"
"Estuvimos sentadas en un banco al lado de la piscina fumando un cigarro. Me sorprendió que las tablas que cubrían el borde de la piscina estuvieran arrancadas y me dijo que eso le quitaba el estrés. Después de un rato sentadas hablando de Gabriel, Ana Julia me dijo que la ayudara a seguir quitando tablas para relajarse y estuvimos arrancando tablas y amontonándolas donde ya había dejado el resto de tablas". Así relataba un familiar de Gabriel lo que hacía cuando estaba con Ana Julia en la finca. Y es que cuando acudían a Rodalquilar, los familiares se sentaban a fumar unos cigarros a tan sólo unos metros de donde se encontraba el cuerpo del menor.
La hija de Ana Julia explicó a la Guardia Civil lo que sucedió cuando ella le preguntó a su madre si habían buscado a Gabriel en la finca: "Le preguntamos donde quería ir para despejarse, ofreciéndole varios lugares, a lo que ella contestó con un 'no' rotundo diciendo que quería ir a Rodalquilar, a la finca. Cuando llegamos ventiló la casa, se fue junto a la piscina y se hizo un cigarro, entonces le preguntamos si allí se había buscado a Gabriel, mi madre nos dijo que el día anterior le buscaron pero se había quedado a medias y que si queríamos buscar en la finca que lo hiciéramos".
Lo que Ana Julia hizo fue mandar a su hija y a otra persona que estaba con ellas a la otra punta de la finca en donde estaba Gabriel.