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Muere a los 94 años Amou Haji: 'El hombre más sucio del mundo'

El iraní llevaba más de seis décadas sin ducharse porque pensaba que estar sucio fortalecía su salud.

Muere a los 94 años Amou Haji: 'El hombre más sucio del mundo'

Amou Haji, conocido por ser 'el hombre más sucio del mundo', ha fallecido a sus 94 años con un sorprendente buen estado de salud en su pueblo, Dejgah.

El iraní llevaba 60 años sin ducharse, pues consideraba que hacerlo le acarrearía enfermedades, según afirmó en el fotorreportaje que le sacó del anonimato. Los aldeanos han relevado que su negativa a asearse procedía de una serie de "contratiempos emocionales".

Estas circunstancias no solo lo llevaron a adquirir este hábito que renegaba del jabón y el agua, sino que hicieron que Haji se alejara de todo y se sumergiera en una vida completamente austera a las afueras de la localidad.

Vivía en una choza de bloques de cemento y dormía en un agujero en la tierra. Se alimentaba de carne podrida de animales muertos, especialmente de puercoespín, que era su manjar favorito. Bebía agua desde una antigua aceitera oxidada y fumaba excrementos de los animales que le rodeaban a través de un tubo de acero con forma de pipa, aunque también tenía el vicio de fumar varios cigarros simultáneamente. Lo único que se salía un poco de su patrón era su necesidad de peinarse cuando se miraba en los espejos de los coches. En estas ocasiones, si notaba que su pelo había crecido demasiado, lo quemaba.

Con el paso de los años, Amou Haji había desarrollado una segunda piel, ya que estaba cubierto de hollín. Pocos meses antes de su muerte, los aldeanos le convencieron para que se lavara.

Kalaou Singh: el discípulo de Haji

En 2009, Hindustan Times sacó a la luz el nombre de Kailash "Kalau" Singh, un hombre que, al igual que Haji, había renunciado a ducharse hace 30 años. Sin embargo, a pesar de que el medio fuera común para ambos, el fin era distinto.

En el caso de Singh, abandonó sus hábitos de higiene para solucionar "todos los problemas que enfrenta a la nación". En lugar de agua, apostó por lo que llamó "baño de fuego": "Todas las noches, cuando los aldeanos se reúnen, Kalau enciende una fogata, fuma marihuana y se para sobre una pierna rezando al Señor Shiva", dijo el periódico.

Según él, este ritual "es como usar agua para bañarse. El baño de fuego ayuda a matar todos los gérmenes e infecciones del cuerpo".

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