Probablemente sientas un vacío existencial dentro de ti que, desde tu más tierna infancia, te atormenta y te estremece. Todos los niños del mundo arrastran un trauma y no, no es por habee crecido viendo a Leticia Sabater y su "A medio día, alegría". Cuando empezamos la escuela todos estrenábamos nuestra novísima caja de lápices Alpino con todos los colores intactos. Aunque a final de curso sólo sobrevivieran unos pocos desgastados, lo verdaderamente importante residía en un misterio que ha permanecido en secreto hasta ahora.
La bonita caja que contiene los lapiceros representa un cervatillo en mitad de los alpes entre pinos y montañas. A su lado, un lápiz rojo gigante sostiene un cartel con una flecha en el que puede leerse "10 km". Ni Iker jiménez en 'Cuarto milenio' ha podido responder a esta pregunta en todos estos años.
Uno de aquellos niños, ya crecidito, se convirtió en protagonista a través de Twitter planteando la pregunta que nadie se había atrevido a pronunciar en voz alta: "Pasan los años y sigo sin saber qué es lo que estaba a 10 kilómetros". Poco tardó en viralizarse este mensaje acumulando ya más de siete mil retuits y más de nueve mil 'me gusta'.
Tal fue el revuelo generado, que la propia marca Alpino se hizo eco preguntado a sus usuarios las teorías que tenían sobre lo que podría haber a 10 kilómetros. De paso, aprovecharon para conseguir un buen número de 'likes' en Facebook. Si llegaban a los 5.000 revelarían el misterio. Poco tardaron en conseguirlo.
Misterio resuelto
A través de Facebook, Alpino agradeció la originalidad de alguna de las ideas que recibieron. Muchos creyeron que los 10 kilómetros corresponde a la distancia con la que se puede dibujar con uno de sus lapiceros. La verdadera respuesta resultó ser mucho más lógica y simple: a 10 kms se encuentra el pueblo más cercano. Aclaran, además, que no se trata de Maienfeld, el pueblo de Heidi.
Según explica la publicación, los creadores de Alpino nunca llegaron a especificar ni el pueblo ni la región de la que se trataba, aunque sí dejaron claro que les encantaba el paisaje de los Alpes y que se inspiraron en sus montañas para crear la mítica imagen de la caja de lápices.
El diseño de la caja ha variado a lo largo de los años aunque siempre se ha mantenido el lápiz rojo gigante, símbolo de la marca. Cabe señalar, que en las primeras ediciones sí aparecía un pueblo al fondo, pero se eliminó posteriormente.
