La Sombra es la gran protagonista de 'Un trozo de cielo azul', libro en el que Alonso Caparrós se sincera sobre los momentos más oscuros de su vida marcados por las adicciones. De esta manera llama a esa compañía que le ha dominado durante veinticinco años, un "estado mental", según él define, "que nunca se va". "Se superan las adicciones en el sentido de que se controlan y las conoces. Pero siempre están ahí", expone.
"La trampa más grande que ofrece la Sombra es que crees que vas a controlar. Pronto me di cuenta de que tenía un problema. Darte cuenta de eso es el principio de la solución, pero no necesariamente es la solución. Cuando vives la adicción de esa manera, la tortura no reside justo en el momento en el que estás consumiendo, sino luego, cuando te das cuenta que eso realmente puede contigo, que te está invadiendo la vida y te la está fastidiando", asegura.
De una manera honesta y, en ocasiones, descarnada, Caparrós hace un repaso por episodios especialmente duros. "No me he inventado nada ni le he puesto ningún efecto especial. Esto fue lo que me pasó. No he pretendido ser exagerado ni utilizarlo como recurso literario. Es la historia tal cual fue, una historia de un sufrimiento prolongado durante muchísimo tiempo. Pero también de renacimiento y reconstrucción", explica, aunque reconoce que, en algún momento, sí que llegó a "perder la esperanza".
"Ha habido momentos de exceso de consumo que acabó conmigo en un hospital, a veces con más muerte en el cuerpo que vida", confiesa, parándose a reflexionar sobre este tema: "En general le prestamos poca atención a algo tan esencial como es nuestro fin, la muerte. Y eso determina mucho nuestra manera de vivir. Si la tuviéramos más en cuenta, seríamos mejores personas". Además, también se muestra contundente con la postura de la sociedad con respecto a las adicciones "Es dramático que en nuestra sociedad no se hable de ellas. Con eso y con las enfermedades mentales parece que hay una ignorancia deliberada", condena.
Reconciliado consigo mismo
El proceso de recuperación es largo y complicado, algo que Alonso Caparrós sabe muy bien. Y en ese camino es fundamental reconciliarse con uno mismo, algo que el presentador ha podido conseguir y que describe como algo "muy bonito". Las adicciones también le hicieron perder a muchas personas y con todas ellas ha logrado congraciarse y pedirles perdón. Tras alcanzar estos objetivos es cuando ha podido sentarse a escribir 'Un trozo de cielo azul': "Me he sentido capaz de escribir este cuando pude resolver todo lo que me estaba pasando. Cuando cumplí todo ese proceso y sentí que tenia las cosas solucionada y que podía hablar de ello con orgullo".
Alonso Caparrós, que alcanzó altas cuotas de popularidad a finales de los 90 gracias a su trabajo como presentador en formatos televisivos tan míticos como 'Furor', es consciente de que "lo que rodea al problema de drogodependencia vinculada a la fama, la popularidad y el dinero es un círculo muy pernicioso". Sin embargo, matiza que la visibilidad que tiene el mundo de la farándula "crea una falsa sensación de que todo el mundo va como loco". "Hoy en día, lamentablemente, conseguid cualquier tipo de sustancia, es fácil, en cualquier lado", sentencia.
Y su vuelta a la televisión también ha sido fundamental en su proceso de recuperación, por lo que Caparrós solo tiene mensajes de cariño para "'Sálvame, Mediaset y en concreto los jefes de La Fabrica de la Tele". "No solo por el inmenso cariño con el que me han tratado. Sino porque no hay ninguna otra cadena en la que se permita que una persona se siente y hable de sus problemas", señala. "Mis compañeros de 'Sálvame' me han apoyado y ayudado. Belén Esteban es una persona que siempre me ha ofrecido su brazo para estos temas. En el ámbito de televisión, soy un tío inmensamente afortunado y feliz, ellos han contribuido a que me salvara", se sincera.