La retirada de las mascarillas en interiores ha sido uno de los gestos más simbólicos en el camino hacia la 'gripalización' de la Covid-19. No tener que cubrir nuestro rostro cada vez que accedemos a un lugar público supone un paso psicológico muy marcado en la senda hacia la ansiada normalidad.
Sin embargo, aunque todos los deseábamos, lo cierto es que este proceso también implica ciertos riesgos a nivel sanitario, ya que los expertos alertan de que traerá consigo una consecuencia directa: el repunte de algunas patologías que prácticamente habían quedado arrinconadas durante los últimos dos años y frente a las que hemos reducido inmunidad.
Entre las enfermedades que aumentarán de incidencia, se espera de una manera inmediata aquellas de transmisión respiratoria, como la gripe, producida por el virus influenza o los contagios por el virus respiratorio sincitial (VRS), responsable de la bronquiolitis, que puede ser grave en pequeños y que provoca infecciones pulmonares y del aparato respiratorio en los adultos.
Además, se espera un aumento de la incidencia en otras patologías como el sarampión, la varicela, la tos ferina y, en general, las derivadas de los adenovirus, que pueden provocar conjuntivitis o gastroenteritis. Es altamente probable que suceda, puesto que los casos han disminuido drásticamente durante la pandemia.
Relajación de medidas
Cabe recordar que se está produciendo una relajación contundente de medidas, que a pesar de que se ha aplicado progresivamente, el ciudadano también está interiorizando esta normalidad a pasos agigantados. El gel hidroalcohólico poco a poco está siendo cosa del pasado, los aforos ya no tienen sentido y se aumentan enormemente las interacciones sociales y el contacto físico, por lo que se van a recuperar patologías contagiosas que no hemos visto en la época del coronaivrus.
Los virus respiratorios aumentarán con la retirada de la mascarilla, mientras que el mayor contacto físico facilitará el contagio de los enterovirus, que desencadenan, por ejemplo, la meningitis aséptica, el conocido como síndrome mano-pie-boca o el exantema cutáneo, mientras que los adenovirus y los rotavirus provocarán más problemas digestivos. Lo normal es que todas las patologías que habían disminuido asciendan a niveles prepandemia.
El problema se plantea, sobre todo con el auge que se espera en infecciones respiratorias, en pacientes crónicos que sufren EPOC, asma o insuficiencia cardiaca. La pandemia ha provocado un menor contacto con virus a los que ya estábamos acostumbrados y esto podría hacer que hayamos creado menor inmunidad y podamos desarrollar una respuesta más virulenta este año.