La ONU ha lanzado un aviso ante el fenómeno climático que se avecina durante el período 2023-207, que probablemente será el más caluroso registrado en la historia. Y lo achaca al impacto de los gases de efecto invernadero y el fenómeno metereológico de El Niño, que está provocando un aumento de las temperaturas y ya ha llevado a levantar un aviso sobre qué se anticipa para este verano.
"Hay un 98% de probabilidades de que la menos uno de los próximos cinco años, y el quinquenio en su conjunto, sea el más caluroso jamás registrado", ha explicado la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre este lustro.
El organismo, dependiente de la ONU, ha estimado que la probabilidad de que la temperatura promedio anual de la superficie de la Tierra supere en 1,5ºC los niveles preindustriales durante al menos uno de esos cinco años se sitúa en un 66%.
Los acuerdos de París sobre el clima, firmados en 2015, establecían como objetivo limitar el aumento de las temperaturas globales en este siglo por debajo de 2ºC, en relación a los niveles preindustriales de 1850 a 1900, o a 1,5ºC en la medida de lo posible.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha explicado en un comunicado que los datos que se han publicado "no significa que superaremos de forma permanente el umbral de 1,5ºC del Acuerdo de París", algo que implicaría un calentamiento extendido en el tiempo, pero sí que implica que se está "haciendo sonar la alarma al anunciar que superaremos el nivel de 1,5ºC de forma temporal y con mayor frecuencia".
La ONU pide "estar preparados"
Ante el reto que representa este escenario, la OMM, dependiente de la ONU, recuerda que el nuevo escenario representa un reto climático y, por tanto, hay que estar preparados para responder con todas las armas que sean suficientes.
"Se espera un episodio de El Niño en los próximos meses y esto, combinado con cambio climático provocado por los seres humanos, hará que aumenten las temperaturas mundiales a niveles jamás alcanzados", ha afirmado Taalas. "Esto tendrá repercusiones importantes sobre la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y del medio ambiente. Necesitamos estar preparados", ha reclamado.
El fenómeno climatológico de El Niño está vinculado a un aumento de las temperaturas, una mayor sequía en ciertas partes del mundo y fuertes lluvias en otras. La última vez en la que se registró fue en 2018-2019 y dio paso a un episodio particularmente largo de casi tres años, La Niña, que provoca los efectos contrarios, en particular, un descenso en las temperaturas.
A principios de mayo, la OMM estimó que había un 60% de posibilidades de que El Niño se desarrollara a finales de julio y un 80% de que lo hiciera a finales de septiembre. El Niño hace que las temperaturas globales aumenten el año siguiente de su llegada, 2024 en este ciclo.
Con todo, "se prevé que las temperaturas medias globales sigan aumentando, alejándonos cada vez más del clima al que estamos acostumbrados", ha explicado Leon Hermanos, científico experto del servicio metereológico británico, Met Office.
"La confianza en los pronósticos de temperatura promedio global es alta, ya que los pronósticos pasados muestran que todas las mediciones son confiables", ha expresado la OMM. Las temperaturas medias mundiales de la superficie terrestre y marina han aumentado progresivamente desde la década de 1960.
En 2023 se pronostica que se mantengan por encima del promedio de 1991-2020 en casi todas las regiones, con excepción de Alaska, Sudáfrica, sur de Asía y partes de Australia, según la OMM. Mientras tanto, hay zonas del Océano Pacífico Sur que probablemente se mantendrán más frías que el promedio.