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Alerta alimentaria: encuentran óxido de etileno, sustancia cancerígena, en helados y productos de gran consumo

La UE y el Ministerio de Consumo emiten una alerta alimentaria por un componente encontrado en helados y otros productos de gran consumo.

Alerta alimentaria: encuentran óxido de etileno, sustancia cancerígena, en helados y productos de gran consumo

Redacción

17 Julio 2021 17:17

Las autoridades europeas han activado una nueva alerta alimentaria después de encontrar óxido de etileno, una sustancia tóxica y cancerígena, entre los componentes de varios lotes de helados y otros productos de gran consumo.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) instó el pasado mes de junio a varias empresas a retirar este componente de sus productos por los efectos negativos que puede acarrear sobre la salud de los consumidores y su fertilidad.

El Ministerio de Sanidad alerta de que la exposición prolongada a niveles altos (700 ppm) de dióxido de etileno en el aire ha causado convulsiones y cataratas en humanos y, a niveles más bajos, ha provocado problemas de coordinación entre los ojos y las manos e irritación en los ojos y la nariz.

La UE ordena su retirada

La AESAN explica en un comunicado que la Unión Europea ha alcanzado un acuerdo con los países miembro de la UE para unificar la legislación referente a la presencia de este producto tóxico en los productos alimenticios.

Entre los puntos de dicho acuerdo, recoge que los productos con óxido de etileno y los elaborados con dicho aditivo deben ser considerados como no aptos para el consumo. Además, se ordena la retirada de todo el mercado comunitario.

La mayoría de productos son helados, ya que se utiliza este componente como estabilizante. La Comisión Europea ha establecido unos límites por los que cualquier producto que sobrepase un límite será inmediatamente retirado del mercado.

Pero no solo aparece en helados. Las semillas de sésamo también registran niveles preocupantes de este componente. El óxido de etileno se utiliza para evitar el moho y otras infecciones como la salmonela, pero puede ser negativo por sí mismo. Desde 1991 no se permite su uso como plaguicida y desde 2011 tampoco para proteger piensos ni otros alimentos.

Más allá de la alimentación, este químico se utiliza para la desinfección y se caracteriza por su naturaleza inflamable. Si se inhala o consume en grandes cantidades puede llegar a producir cáncer u otro tipo de patologías severas.

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