Cuando hablamos de alergia, la mayoría de veces pensamos en la primavera, que es la estación del año por excelencia para este tipo de dolencias debido al aumento de polen en el aire. Sin embargo, en otoño también hay plantas que polinizan, además de que el cambio climático hace que las etapas del año se trastoquen. A esto se le añade la aparición de algunos tipos de hongos además de la vuelta de ciertos alérgenos que afectan a gran parte de la población: los ácaros.
El aumento de las temperaturas del planeta hace que la floración se adelante y se prolongue, además de que el aumento de CO2 actúa como fertilizante que aumenta la producción de polen en el olivo y los cereales. Al cambio climático se le suma la aparición de enfermedades estacionales respiratorias, como la gripe y el resfriado.
Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) afirman que el otoño "es una época propicia para la proliferación de los ácaros y el consiguiente aumento de la carga ambiental de los alérgenos que derivan de ellos". Este aumento de ácaros se debe a que, debido a la bajada de las temperaturas, los espacios están menos ventilados, es decir, las puertas y ventanas se mantienen más tiempo cerrados.
Alergias más comunes en otoño
Entre las alergias más comunes en otoño podemos destacar las siguientes:
- Rinitis: Es una inflamación de las capas internas de la nariz. Los síntomas son los mismos que los de la congestión: mucosidad abundante -transparente y en forma de goteo, por lo general-, picor de nariz, además de taponamiento, tos y estornudos. Muchas veces está acompañada de conjuntivitis, la inflamación de los ojos.
- Asma predominantemente alérgica: Esta es secundaria a alérgenos como ácaros, pólenes, epitelios de animales, alimentos u hongos. Es la clase de asma más frecuente.
- Dermatitis atópica: En este caso, la piel es la que sufre una inflamación. Se torna seca y muestra ciertas lesiones rojizas, pequeñas ampollas o descamaciones. Suele estar acompañada de un escozor. Esta enfermedad crónica de la piel es muy común en niños. Otros tipos de dermatitis, como la de contacto, puede surgir por alergia a ciertos materiales o sustancias.
- Alergias alimentarias: En el caso de los más pequeños, la alimentación fuera de casa y el aumento de la probabilidad de exposición ante alérgenos alimentarios, hace que el otoño sea una época de las más frecuentes en las que se dan este tipo de alergias.
- Asma bronquial: La alergia puede producir asma, pero no todos los tipos de asma son alérgicas. Entre sus síntomas se incluyen la dificultad para respirar, tos y sibilancias en el pecho. Desde la SEAIC señalan que el asma es a los bronquios "lo mismo que la rinitis alérgica a la nariz". Además, la organización apunta que la rinitis y el asma causados por la alergia "suelen coincidir, y tienen muchos parecidos en cuanto a causas, manera de reaccionar, aparición y evolución", hasta el punto de que en muchos casos "se dice que son parte de una sola alteración".
- Hipersensibilidad a los insectos: A pesar de que los mosquitos son más típicos en verano, en otoño son más comunes las picaduras de himenópteros, que incluyen a abejas, avispas, hormigas y abejorros. Según un artículo de Cristina Ortega Casanueva, alergóloga y miembro de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), estas picaduras pueden provocar "desde una reacción local (afectación de esa zona exclusivamente) hasta un cuadro de anafilaxia que pueda producir la muerte".
- Urticaria: Esta afección de la piel consiste en una serie de ronchas o habones que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Se forman placas en la piel que se elevan en un relieve, como picaduras de mosquito; son de color rojo y pueden conllevar una gran picazón.
¿Cómo puedo prevenir la aparición de estas alergias?
Sabiendo que algunos de los factores de aparición de estas alergias son el aumento de la humedad, el descenso de las temperaturas, la falta de ventilación en los hogares y una mayor estancia en los mismos, estas son las recomendaciones que puedes seguir para la prevención de estas alergias:
- Mantener la casa bien ventilada y no abusar de la calefacción.
Hacer un cambio de filtros en la calefacción y el aire acondicionado, para evitar que expulsen aire con polen y ácaros.
- Otra clave es que, en la medida de lo posible, se evite que los niños lleven muñecos de peluche a la cama, las alfombras y las cortinas, ya que estos son los sitios preferidos de los ácaros. A esto se le une limpiar el polvo con regularidad, aún más en los dormitorios.
- En caso de que exista una posible alergia alimentaria, revisar el Protocolo de Actuación en caso de reacción alérgica elaborado por la Asociación Española de Pacientes Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA), además de verificar los kits de emergencia necesarios para tratar una reacción alérgica grave en caso de que se produzca.
- Si sospechas que podrías tener una reacción alérgica, contacta con tu médico y solicita las pruebas pertinentes, ya que, aunque los síntomas pueden ser similares, no tienen por qué corresponderse con la alergia.
- Es aconsejable también evitar largos paseos por zonas con plantas y árboles que polinicen en esta estación, y no permitir que se formen acumulaciones de hojas secas en el patio o el jardín de tu casa, y mucho menos coger las hojas caídas en el suelo o entrar en contacto con vegetación muerta o en estado de descomposición.