El gobierno de Mariano Rajoy ya ha recibido la confirmación por parte del Ejecutivo de Angela Merkel. El expresidente Carles Puigdemont se encontraba en la región de Schleswig-Holstein, cuando Puigdemont intentaba cruzar la forenta en dirección a Hamburgo. Sobre las 12:00 del mediodía se producía la detención y a partir de ese momento la Policía y las autoridades alemanas tienen 24 horas para disponerselo al juez alemán y examinar la orden para trasladarlo a España.
Delito de rebelión
España y Alemania se parecen mucho en el contexto legal. Ambos países contemplan el delito de rebelión de una forma similar y con penas especialmente elevadas. Esta circunstancia permite que la extradición se facilite, sobre todo, teniendo en cuenta que Suiza no permite extraditar a un acusado por un delito de naturaleza política.
El delito por el que se acusa a Puigdemont está castigado con hasta 30 años de prisión, según recoge el artículo 472 del Código Penal. En él, se incluye la declaración de independencia de una parte del territorio nacional, suspender, derogar o modificar la Constitución y quitar poderes al rey. Unas medidas similares a las que se contemplan en el país germano.
Además, la embajada española en Alemania no tiene juez enlace por lo que la futura entrega de Carles Puigdemont será tramitada de juez a juez. El marco legal de ambas naciones, por tanto, permitirá que los trámites se agilicen. Y, sobre todo, que el juez Pablo Llarena pueda tomar protagonismo en el desarrollo de esta causa.
Incluso, a pesar que la legislación alemana es similar a la española, la Constitución alemana no permite crear un partido político que ponga en duda una unidad territorial, por lo que Puigdemont lo tiene complicado en Alemania. Además, la oficina con representación catalana en Berlín fue clausurada con la aplicación del artículo 155.