El pasado 20 de noviembre la FIFA confirmó a la Asociación de Fútbol de Inglaterra (FA) que Harry Kane tenía prohibido lucir el brazalete arcoíris durante el Mundial de Fútbol de Qatar al celebrarse en un país donde la homosexualidad es considerada un delito.
A raíz de esta limitación, muchos países se pusieron en alerta por la amenaza de la FIFA de sancionar con tarjeta amarilla o incluso expulsión a aquellos jugadores que lo llevasen. Entre ellos, los jugadores de las selecciones de Bélgica, Dinamarca, Suiza, Gales, Países Bajos y Alemania, que anunciaron su intención de llevar el brazales del movimiento 'One Love' pero finalmente renunciaron a usarlo.
Tras el comunicado en el que se anunciaba que el capitán del equipo alemán, Manuel Neur, no llevaría el brazalete que se ha convertido en todo un símbolo para expresar la solidaridad con colectivos marginados como es el LGTBIQ+, la Federación Alemana recibió numerosas críticas. Los aficionados alemanes sienten una profunda decepción tanto con la FIFA como con su federación. De hecho, muchos han intentado boicotear al Mundial utilizando el hashtag #BoycottQatar2022 en las redes sociales.
Ante esto, la cadena de supermercados REWE decidió "distanciarse claramente de la posición de la FIFA" y romper sus acuerdos publicitarios con la federación y muchos bares alemanes se han negado a retransmitir los partidos del campeonato.
La respuesta de la Federación Alemana
El portavoz de la Federación Alemana de Fútbol también se ha posicionado ante la avalancha de comentarios que ha recibido el país. Según informa Deutsche Welle, Steffen Simon ha respondido el martes en la emisora Deutschlandfunk: "No nos hemos arrodillado ante la FIFA. Entendemos la decepción y la indignación. Fuimos sometidos a un chantaje extremo en el que pensamos que teníamos que tomar esta decisión, aunque no queríamos tomarla".
También han dejado clara su oposición a la decisión de la FIFA y de Qatar de silenciar las reivindicaciones en las redes sociales: "Queríamos usar nuestro brazalete de capitán para defender los valores que tenemos en la selección de Alemania: diversidad y respeto mutuo. Junto con otras naciones, queríamos que nuestra voz se escuchara", explica la Federación Alemana en su cuenta de Twitter
We wanted to use our captain's armband to take a stand for values that we hold in the Germany national team: diversity and mutual respect. Together with other nations, we wanted our voice to be heard.
— Germany (@DFB_Team_EN) November 23, 2022
A este mensaje se le suma una imagen de protesta en la que los jugadores alemanes se tapan la boca como metáfora de no tener voz en el régimen de qatarí: "No se trataba de hacer una declaración política: los derechos humanos no son negociables. Eso debería darse por sentado, pero todavía no es el caso. Por eso este mensaje es tan importante para nosotros. Negarnos el brazalete es lo mismo que negarnos una voz. Mantenemos nuestra posición", alegan.
It wasn't about making a political statement – human rights are non-negotiable. That should be taken for granted, but it still isn't the case. That's why this message is so important to us.
— Germany (@DFB_Team_EN) November 23, 2022
Denying us the armband is the same as denying us a voice. We stand by our position. pic.twitter.com/tiQKuE4XV7
Se plantean llevar la causa ante el TAS
Además, Simon también ha confirmado en declaraciones para The Guardian que la Federación Alemana se está planteando presentar la prohibición de la FIFA ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (conocido como TAS por sus siglas en inglés), con sede en Lausana (Suiza): "La FIFA nos ha prohibido usar un símbolo de diversidad y derechos humanos. Dijo que la prohibición estaría vinculada a grandes sanciones deportivas sin concretar exactamente lo que significaba. La Federación quiere aclarar si el procedimiento de la FIFA es realmente legítimo", dijo.
No obstante, el Tribunal de Arbitraje asegura que aun no tiene noticias de la petición de la Federación Alemana, pues, según ha explicado, este proceso debe pasar de forma previa por otros organismos: "En principio, el caso debería remitirse primero a la Comisión de Apelación de la FIFA. La base está en el artículo 57 del Estatuto de la FIFA. No hay precedente en el TAS para este tipo de rechazo de autorización, ha señalado un portavoz.