En Alemania ha surgido una nueva forma de luchar contra Rusia. Para fomentar el uso del transporte público y evitar el alto coste de la gasolina yendo en coche, los alemanes podrán disfrutar de una tarifa de 9 euros al mes para moverse en tren o bus. Con ello, esperan reducir la dependencia del gas y petróleo rusos a los que está atada toda Europa.
Ensalzar la figura del transporte público nunca había sido tan necesaria como hasta ahora. Con la invasión de Ucrania y el rechazo de toda Europa a Rusia, los países europeos se han dado cuenta de su alto nivel de dependencia hacia el país gobernado por Vladímir Putin. Esta tarifa engloba todas las redes de transporte a nivel nacional
¿Es realmente un ahorro?
Con esta medida es inevitable preguntarse si, en comparación con lo que se pagaba antes, resulta un verdadero ahorro para el país. Se prevé que cualquier persona que use estos medios de transporte, ya fuera para ir a la oficina o desplazarse por la ciudad, ahorrará casi 100 euros al mes.
El abono mensual para solo dos zonas costaba normalmente 86 euros al mes y el billete sencillo 3 euros. Se calcula que esta nueva medida le va a costar a las arcas del Estado 2.500 millones de euros para compensar a las empresas de transporte público. En cambio parece que los socialdemócratas, ecologistas y liberales creen que esta medida realmente merece la pena si, además, ayuda a reducir la contaminación.
Una medida solo para verano
Al igual que el resto de países de Europa, Alemania está siendo golpeada también con las consecuencias de la guerra de Ucrania. Por ello, el parlamento aprobó hace unas semanas esta nueva medida que medios como Der Tagesspiegel calificaban de "loca, pero genial" y que en su primer día parece que ha sido todo un éxito.
Por lo que se especifica, con esta nueva tarifa cualquier ciudadano podrá comprar un billete mensual por 9€ para todos los metros, buses, tranvías y trenes regionales. Eso sí, la medida de momento sólo tendrá lugar durante los tres meses de verano (a partir del 1 de junio) y no incluye los trenes ICE, la alta velocidad alemana, ni tampoco los Intercity.
¿Llegará esta medida a España?
Pues por el momento parece poco probable. En nuestro país los precios del ferrocarril se han encarecido brutalmente. El precio en los billetes de AVE va desde los 90 a los 100 euros. No obstante, como medida para solventar la crisis de la gasolina y enfrentar su alto coste, el Gobierno subvencionó 20 céntimos por litro al precio de todos los combustibles. Por el momento parece que eso es todo lo que hay sobre la mesa sobre las ayudas en el transporte.
