No resulta sencillo abordar este tema de manera que se pueda entender el mensaje sin parecer agresiva o excesivamente quejica. También es complicado hacerlo sin que parezca una réplica de los artículos similares que ya se han leído sobre ello. No es cuestión de quitarle valor a Alejandro Sanz por ese momento concreto, cuando echó a un hombre de un concierto en México por estar pegando a su acompañante. Este episodio no es más que un reflejo de la sociedad, creo que Alejandro Sanz ha conseguido ser el ejemplo perfecto de qué es lo que está fallando en la sociedad, y de por qué no se puede luchar contra la violencia machista de raíz sin una perspectiva feminista.
1 ¿A quién no le repugna ver a un hombre pegando a una mujer?
A todas las personas que estén leyendo esto y no sean maltratadores de diccionario, les causa un gran rechazo. Con razón. ¿Cómo no nos va a gustar que alguien pare una agresión física que se está dando en sus narices? El acto de Alejandro Sanz se mostraría como el de un hombre que les dice a los otros hombres: "¡Hombres! ¡No hagáis eso, os apunto con el dedo!". Porque hay dos cosas que sí están bien de todo esto: no hay que ser cómplices con el silencio y el maltratador debe saber que sus actos tienen consecuencias negativas. Pero algo falla.
2 ¿Fue todo un montaje?
Hay sectores feministas, como la web Locas del Coño, que no se creen que lo que pasó en el concierto de Alejandro Sanz fuera real. Tras las críticas por su canción 'No soy una de esas' (más abajo os las detallamos), sospechan que el cantante montó un numerito para quedar como un héroe por las mujeres. La razón sería que es de locos que un maltratador, que normalmente nadie sabe "de puertas para afuera" que lo es ("parecían un matrimonio ejemplar"), agreda físicamente a su compañera en público.
Todo esto entra dentro del campo de lo posible (¿por qué no? No hay que creerse todo lo que vemos en la televisión), pero la realidad en México es diferente a la de España. Allí, 2 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia por parte de un hombre, está mucho más normalizado que en nuestro entorno. En España puede que esto no pasara en un lugar público, pero allí quizá sea más probable. No sacaremos más conclusiones y asumiremos que fue real y una casualidad.
3 Aquí huele a hipocresía, hipocresía de todos
Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué la hazaña de Alejandro Sanz no es aplaudida por todo el mundo? ¿Es que os fastidia que un hombre haga algo bueno por las mujeres? ¿Es que no sois capaces de encontrar un acto de camaradería en un miembro del sexo opuesto? Para nada, pero toda acción ocurre en un lugar, con unas circunstancias, y unos protagonistas. Y el protagonista de hoy es, como decíamos al inicio, un fiel reflejo de la actitud de la sociedad ante el machismo: hipócrita, llena de parches ante un problema cuya raíz está más abajo, pero que nunca queremos arrancar.
Podía haberse visto en esa misma situación otro cantante masculino, y hubiera sido genial todo (o no). Pero es que justo tocó con el que canta 'No soy una de esas', una de las canciones más machistas que han sonado en los últimos años (más allá del reggaeton). Se ha hablado mucho de su letra y su videoclip, no quizá en Los 40 Principales, pero sí desde la prevención de la violencia machista.
Pero la crítica no va sólo para Alejandro Sanz porque sea un hombre, sino que lo del señor Jesse y la señora Joy tiene tela, con las cifras que hay de violencia machista no está la cosa para meter más leña al fuego. Y aquí viene el punto donde vamos a relacionar una canción sobre una chica que se enorgullece de no ser una fresca y un chico que la viene a llamar calientabraguetas, y la violencia de género tal y como la conocemos, con golpes y demás.
4 Tu mensaje paternalista te delata
Si paras una agresión machista y envías un mensaje feminista de igualdad para que no haya que parar ninguna agresión más, quedas como una persona íntegra. Si paras la agresión y dices "no soporto que se maltrate a nadie, y menos a una mujer", estás cayendo en el paternalismo odioso de siempre: oh, dulce señora, yo acudo en tu rescate. Tampoco me gusta que se pegue a niños, ancianos, hombres y animales. Porque la violencia no tiene género ni especie, pero a la mujer no se le pega, porque no se puede defender. Es tan débil...
5 ¿De dónde vienen las agresiones físicas machistas?
El discurso feminista es claro, o debería serlo. No se trata de mandar a los hombres a un agujero para que nosotras podamos pisarles siempre que queramos. No se trata de que queramos ocupar un lugar privilegiado que nos corresponde porque somos más listas y más guapas. El mensaje es: dejad de tratarnos como si estuviéramos por debajo de vosotros porque esa concepción de la mujer nos está matando, literalmente.
El machismo está en la sociedad, a todos los niveles, desde que nacemos. Se nos enseña, y lo aplicamos, todos y todas, pero tenemos que dejar de perpetuarlo porque nos está matando, literalmente. La violencia de los golpes y los moratones es el punto máximo al que un hombre puede llevar el machismo (después de eso, solo está el feminicidio). Y todo eso empieza con conductas como el "eres una calientapollas porque me pusiste ojitos, hablaste conmigo, tonteaste y no quisiste acostarte conmigo". Vamos, lo mismo que cantan Alejandro y Joy.
De ahí pasamos al "estaremos juntos para siempre", "nuestro amor todo lo puede", "has mirado a ese chico", "deberíamos tener más sexo porque lo necesito como hombre", "hablas con otros hombres para tontear", "¿dónde estás?", "¿qué haces?", "no me parece bien que hables con tu ex", "si sales sola con tus amigas vais a zorrear por ahí", "esa es mi chica, no la mires", "tengo que ser un hombre a la altura de lo que se espera de mí", "tengo que cuidarte para que nadie te haga daño", "les haces más caso a los demás que a mí", "no me parece normal que te lo pases bien sin mí", "se te va a pasar el arroz" o "deberías ser una madre de verdad", "no me dejas ser el hombre que debo ser", "encima que te dejo hacer esto o lo otro", etc. Dependiendo de cómo el macho alfa controle la situación, usará humillaciones, descalificaciones, malas caras, gruñidos, insultos, amenazas, gritos, golpes en la mesa o golpes en la cara. ¡Depende de tantas cosas!
Vaya, quizás sean ejemplos demasiado evidentes y focalizados a la relación sentimental. O quizás los pongamos en práctica más de lo que nos demos cuenta, pero, en definitiva, se puede profundizar más en lo que son conductas machistas más allá del "vete a fregaaaaaaaar" googleando la palabra "micromachismos".
6 Yo no soy un maltratador, los maltratadores son enfermos, escoria de la sociedad, no pueden convivir con gente
No son enfermos, lo mismo decimos de los jóvenes que pertenecen a bandas violentas, las personas drogodependientes, los fanáticos religiosos y/o políticos, etc. Debemos de dejar de buscar el origen de todos los males en cabezas mal diseñadas y entender su origen, causa, desencadenante, vulnerabilidad... en lo social.
Acoso sexual en el trabajo, humillar y golpear a prostitutas, hacer lo mismo con su pareja, insultar a la chica del bar que te acaba de rechazar... Son conductas deprorables, pero que se dan con una frecuencia mayor de la de cualquier trastorno mental. Son personas que tenemos alrededor que se creen por encima de las mujeres a las que atacan. Incluso muchas veces no criminalizamos esas conductas (decimos cosas como: "pasa de esa zorra, con lo fea que es, ¿quién va a mirar para ella?").
7 ¿De qué me sirve?
Si perpetuas las conductas, actitudes e ideas que nos dejan a las mujeres en una posición por debajo del hombre, y a merced de lo que el machismo nos permita o deje de permitir, ¿de qué me sirve que actúes cuando la situación llega al punto del puñetazo? ¿De qué me sirve que las grandes empresas contaminantes aplaudan el discurso de Leonardo DiCaprio sobre el cambio climático en los Oscar?
Esperemos que se sigan enviando mensajes a los maltratadores, más que a las maltratadas: más "no controles a tu novia ni pretendas que haga lo que tú quieras" y menos "no dejes que te controle ni hagas lo que él quiere". Es más efectiva la prevención con nuestras propias conductas que agarrar la mano que va a dar la bofetada. Porque esta bofetada la hemos parado, pero en la siguiente no estaremos delante, mientras que si actuamos desde más atrás y más abajo, no habrá bofetadas que parar.
8 No seas de esas, pero de las esas que canta Mari Trini
Yo no soy esa que tú te creías, la paloma blanca que te baila el agua, que ríe por nada, diciendo 'sí' a todo, esa niña, sí... no, esa no soy yo.