El Juzgado de Primera Instancia número 74 de Madrid ha condenado al cantante Alejandro Sanz a pagar 5,4 millones de euros a la que fuera su empresa de representación, RLM, por incumplimiento de contrato. Según informa el diario El Mundo, al artista rompió con la agencia en 2016 tras décadas de relación profesional.
La sociedad, dirigida por la conocida mánager Rosa Lagarrigue, confirmaba en junio de ese año que Sanz había roto "de forma unilateral" su contrato con RLM. Poco tiempo después, la compañía interpuso una demanda civil contra el intérprete, reclamándole nueve millones de euros por romper el contrato, que, según el citado medio, le unía a la empresa hasta 2019. Según la documentación aportada a la causa, dicho contrato fue suscrito en 2014.
Una vez analizados los hechos, el juzgado ha condenado subsidiariamente a Alejandro Sanz a abonar la referida cantidad a su antiguo mánager. La sentencia concluye que el músico incurrió en un incumplimiento doloso del contrato al romperlo de manera unilateral.
Después de 25 años trabajando juntos
La empresa de Lagarrigue ha trabajado con numerosos artistas españoles como Malú, Raphael, Mecano o Miguel Bosé. Pero después de tantos años de trabajo, y tras romper su relación con algunos de ellos, como también ocurrió con Bosé, la misma mánager declaró ya hace varios meses, cuando tuvo lugar la vista, que la demanda civil contra Sanz había sido una de las decisiones "más desagradables de su carrera profesional". Igualmente, consideró que tenía derecho a percibir la cantidad reclamada.
RLM representó a Sanz desde 1991 hasta 2016. Ese año, según publicaba entonces también El Mundo' se produjo la ruptura después de una auditoría que habría ordenado el propio artista, algo que RLM desmintió, con un comunicado en el que defendía su trayectoria "de seriedad y honestidad implacables".
Ahora el juzgado le da la razón a la agencia de representación, estimando, además de las cantidades reclamadas por el incumplimiento del acuerdo, el lucro cesante derivado de la ruptura del mismo. Aunque la sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación, Sanz ya ha sido condenado a pagar 5,4 millones de euros a la entidad que tantos años le ha representado por todo el mundo.