Albert Rivera se ha distanciado considerablemente de su sucesora al frente de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Durante los primeros meses de su mandato, la actual líder naranja pareció continuar con la estrategia de Rivera, pero el giro al centro que ha emprendido desde que ganó las primarias ha evidenciado un cambio de rumbo.
Ahora, Rivera hace una enmienda a la totalidad a Inés Arrimadas: "No me metí en política para despodemizar a Pedro Sánchez ni legitimar los indultos a los condenados del procés, ni para subir impuestos", ha criticado sobre el ofrecimiento de Arrimadas a apoyar los Presupuestos del Gobierno.
A juicio del exlíder naranja, el papel de Ciudadanos debería ser diferente y lo escenifica con la finalidad con la que, asegura, dirigió el partido hasta su dimisión: "Yo me metí en política para todo lo contrario, para liderar un nuevo proyecto para este país", ha afirmado en una entrevista emitida en la Cadena COPE.
Rivera también ha afirmado que no va a tutelar la estrategia que sigue el partido bajo el mando de su sucesora, pero tampoco tiene la intención de callarse: "Sigo pensando que Sánchez no es de fiar. No es que esté obligado a pactar con los nacionalistas y Podemos, es que ese es su plan para mantenerse en el poder una década".
Rivera considera que nunca se equivocó en su estrategia, pese a que el partido pasó de 57 escaños a 10 y se ha hundido en prácticamente todas las encuestas realizadas a nivel autonómico.
España está viviendo "un asalto al Estado de derecho"
Albert Rivera también aprecia que los últimos movimientos del Gobierno muestran un desafío a nuestro sistema, hasta el punto de calificarlo como "un asalto al Estado de derecho".
En este punto enmarca la decisión de no permitir el viaje del rey Felipe, al que califica como "garante de la unidad y la justicia", hacia Barcelona para asistir al acto de entrega de despacho a los nuevos jueces, negociar el Código Penal con "sediciosos" y "por si no le sale bien la jugada, tramitar los indultos en caso de que les tenga que perdonar la condena".
Rivera termina concluyendo que "me alucina las tragaderas que tenemos los españoles viendo cada día una cosa de estas" y se ha mostrado preocupado por lo que considera una degradación de la democracia y "que se asuma con normalidad lo que hace el Gobierno con el CIS, Televisión Española, el Código Penal o los indultos con el fin de ponerlo todo al servicio del poder".
