Una mujer australiana ha sido intervenida para extraer el alambre dental que llevaba incrustado en su intestino durante la última década. La paciente se había retirado el aparato de ortodoncia hacía 10 años, pero jamás pensó el lugar en el que había terminado una pieza sorprendentemente rebelde.
La doctora Talia Shepherd, una de las doctoras a cargo del caso, dice que la mujer fue a la sala de urgencias del Hospital Sir Charles Garidner, en el oeste de Australia, quejándose de calambres y de dolor abdominal severo.
Lo que parecía un cuadro grave de gastroenteritis o alguna patología relacionada con los intestinos, sin embargo, se trataba de una pieza de metal incrustada, como reporta la revista médica BMJ Reports.
Inicialmente, los doctores pensaron que el dolor de la mujer tenía tratamiento ambulatorio y le dieron el alta cuando se alivió. Pero regresó a los dos días: el dolor había vuelto a convertirse en extremo.
Solo cuando los médicos decidieron hacer una tomografía computarizada, descubrieron que había perforado varios lugares del intestino delgado de la mujer, ubicado entre el estómago y el intestino grueso, responsable de absorber los nutrientes y permitir que la comida que no se absorbe pase al intestino grueso.
"Al ver los resultado se la tomografía pensamos primero que se trataba de espinas de pescado, porque es algo que comúnmente se encuentra en el estómago, pero la paciente no recordaba haberse tragado nada", relata.
Operada de urgencia
El intestino de la mujer estaba perforado en muchso puntos, se había enrollado en sí mismo y había causado una condición conocida con el nombre de vólvulo. Esto, junto con el dolor de la paciente, terminó con una intervención de urgencia.
Aunque la mujer no usaba aparatos de ortodoncia desde hacía diez años, los médicos encontraron que lo que había perforado el estómago había sido un alambre dental de 7 centímetros, que se cree que pertenecía a su aparato de ortodoncia.
"Creo que tal vez estuvo en su estómago todo este timpo y solo cuando perforó el intestino delgado, ella comenzó a sentir el dolor", ha asegurado el doctor. A pesar de todo, quiere transmitir un mensaje de calma: "La posibilidad de que te tragues un alambre de tu aparato dental es muy baja".
Sin embargo, sí puede haber casos especialmente proclives: "Hay una alta probabilidad de que suceda si estás sedado y estás siendo sometido a un procedimiento odontológico. Pero es un caso muy raro".