Que tiemble FaceApp. Si durante el mes de julio las redes se incendiaron con los hilarantes usos que los usuarios hacían de la famosa aplicación con el objetivo de averiguar cómo se vería una persona en la tercera edad, ahora la novedad la trae bajo el brazo la empresa tecnológica IBM, que presenta Al Portraits.
SI la aplicación rusa, basada en inteligencia articial al igual que Al Portraits, trasladaba nuestros rostros actuales a su hipotético futuro, la app desarrollada por el Watson Al Lab del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) lo hace utilizando la máquina del tiempo hacia atrás, convirtiéndolas en obras de arte.
Maravillosos retratos que aquellos célebres artistas como Rembrandt, Tiziano, Caravaggio o Van Gogh realizaban cuando aún la fotografía no existía, inspiran el funcionamiento de esta nueva plataforma. El algoritmo procesa una foto que el usuario ha de introducir manualmente desde la galería de su smartphone o dispositivo, que acaba convertida en un lienzo al más puro estilo renacentista, creado con trazos que proceden de un exhaustivo análisis estilístico de más de 45.000 obras de arte clásicas.
Sobre la privacidad
A diferencia de FaceApp y la polémica desatada en torno a la privacidad de sus usuarios, la nueva plataforma se reserva el derecho de avisar al navegante acerca de la utilización de las imágenes por parte de la compañía, las cuales aseguran que no utilizarán para fines comerciales ni tampoco se las venderán a terceros.
La inteligencia artícial, tecnología que pone en marcha el algoritmo que mueve el funcionamiento de estas aplicaciones, está de moda y viene para quedarse. Además, con mucha precisión ha hecho que la calidad de la foto final alcance una resolución 4K tras haber reproducido los retratos "con diferentes estilos y niveles de abstracción". Todo el proceso es realizado en cuestión de unos pocos segundos.
La compañía desarrolladora explica que la novedad en el funcionamiento de Al Portraits no reside en la promesa de convertir tu selfi en un retrato que se parezca lo máximo posible a una obra de arte, sino que una Red Generativa Antagónica (GAN) permite que el algoritmo genere nuevas características desde cero, basándose en detalles de la cara o el fondo de la fotografía inicial.